En las iconografías orientales y occidentales, Miguel es representado en dos papeles particulares:
Como un Arcángel combatiente, con la espada o la lanza en la mano, revestida por coraza, guapísimo y fúlgido de luz, vencedor contra el Mal, frotador a sus pies en los semblantes de serpiente o dragón. Papel evidenciado en el Libro de Daniel y en el Apocalipsis, en el volumen Comentarios del Apocalipsis;
*como un Arcángel que lleva en mano una balanza, ves el volumen "La balanza cósmica - el número 2", para pesar las almas, cuál Guía de las almas al momento del tránsito, en cuánto Él es a nuestra cadera en el día del Juicio, y en efecto a él la Iglesia, en la Misa de los difuntos, encomienda las almas encaminadas hacia la luz santa”. Para tal razón muchos cementerios y osarios le son dedicados a Miguel defensor de los moribundos.
Recita la oración en la misa de los difuntos: "Señor Jesús Cristo, libera las almas de los fieles difuntos de las penas del infierno; San Miguel, que lleva tus santas señales, las conduzca a la luz santa que prometiste a Abraham y a su descendencia." Su fiesta, junto con los arcángeles Gabriel y Rafael, se celebra el 29 de septiembre
Su figura les aparece en las primeras páginas de la Biblia, como guarda de la puerta del Paraíso terrenal.
En el antiguo Testamento es mencionado en particular en el libro de Daniel, 10,13.21; 12,1; es indicado como el jefe o cabeza de la milicia celestial que defiende el orden. Este papel recuerda la tarea de los avatares, les indicada en los Purana, los que periódicamente descienden sobre la tierra para restablecer el dharma, el orden cósmico puesto en crisis por las fuerzas disgregantes.
En el Nuevo Testamento, S. Miguel Arcángel es representado como adversario del Dragón; vencedor de la última batalla contra el dragón y sus partidarios. La descripción de la batalla y su victoria es contenida en el apocalipsis. También en éste, la imagen del caballero recuerda la descripción del avatar esperado en esta época (kalki) según la tradición hindú.
En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran Príncipe que Está del lado de los hijos de tu pueblo. Será tiempo de angustia, como nunca fue desde que existen las naciones hasta entonces. Pero en aquel tiempo tu pueblo Será librado; todos aquellos que se encuentren inscritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra Serán despertados, unos para vida eterna y otros para vergüenza y eterno horror. Los entendidos Resplandecerán con el resplandor del firmamento; y los que enseñan justicia a la multitud, como las estrellas, por toda la eternidad. Pero Tú, oh Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos Correrán de un lado para otro, y se Incrementará el conocimiento. (Daniel Cap.12)
Estalló entonces una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles pelearon contra el Dragón. Y el Dragón y sus ángeles pelearon, 8, pero no prevalecieron, ni fue hallado Más el lugar de ellos en el cielo.
Y fue arrojado el gran Dragón, la serpiente antigua que se llama diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo. Fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados junto con él. (Apocalipsis)
Vi luego un ángel que bajó del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en mano. Agarró el dragón, la serpiente antigua - es decir el diablo - y lo encadenó por mil años; lo echó en el abismo, le dejó cerrado y selló la puerta sobre él, para que ya no sedujera las naciones, hasta el cumplimiento de los mil años"(Apocalipsis).
La acción del arcángel Miguel aparece, extraordinario, en los textos sagrados.
En esta época, en efecto, un cortés y grandioso detalle es desarrollado por el arcángel Miguel según Deunov y Aïvanhov.
"Las fuerzas presididas por el arcángel Miguel, son fuerzas de equilibrio, de justicia; por lo tanto de discernimiento entre lo bueno y lo malo, en vista de liberar lo que es bien y de transformar lo que es mal. Pero el bien y el mal están tan estrechamente unidos que ellos no se pueden separar prematuramente sin provocar laceraciones.
Es conocido como el ángel de la plegaria y de la adoración y, finalmente, presentador de las almas de los difuntos a la luz del Paraíso, “la luz santa prometida a Abraham y a su descendencia”.
En la liturgia, la Iglesia nos enseña que este arcángel está puesto a custodiar el paraíso y llevar a él a aquéllos que podrán ser recibidos allí. A la hora de la muerte, se libra una gran batalla, ya que el demonio tiene muy poco tiempo para hacernos caer en tentación, o desesperación, o en falta de reconciliación con Dios. En este momento, San Miguel, está al lado del moribundo defendiéndolo.
San Miguel es nuestro protector y para cumplir la misión de protector es necesaria, además del poder, otra cualidad: la bondad. Su bondad, es tan grande como su poder. Bajo sus órdenes, todos los ángeles trabajan por la protección de los hombres. Ahora cabría preguntarnos: ¿nosotros nos empeñamos tanto como ellos en nuestra propia salvación?
Por otro lado, San Miguel es nuestro modelo. Modelo de recogimiento y de unión con Dios. Es modelo de inocencia y de pureza, no tiene sino pensamientos y deseos santos, modelo de humildad, confiesa que Dios lo es todo y que toda persona debe quitar de sí el orgullo, la ambición y la vanidad. Es también modelo de celo. Sólo aspira a hacer amar a Dios y a Jesucristo, su hijo. San Miguel es modelo de dulzura.
El procede en todas sus acciones con perfecta calma y nos muestra claramente que la modestia, la dulzura y la paciencia son las mejores armas contra nuestros enemigos.
En San Miguel encontramos el modelo de todas las virtudes.
El arte de separar los contrarios es lo más difícil que hay; y está en la naturaleza, que los Iniciados se han instruido en este arte.
No es fácil separar la nuez de su ruezno, pero la naturaleza sabe cómo hacerlo: ella deja madurar el fruto, el ruezno se abre solo y la nuez se libra. Esta separación es el símbolo de la madurez. ¿Os acordáis de la parábola del Evangelio sobre la cizaña y sobre el buen trigo? El tiempo de la siega es aquel en que los frutos están maduros.
Necesita por lo tanto esperar aquel momento para separar el mal del bien, y tal separación será obrada por el arcángel Miguel. Solo el arcángel Miguel será capaz de vencer este egregor. Con la ayuda de su ejército, realizará lo que por siglos las multitudes suplican del Creador. He aquí porqué tenemos que conectarnos al arcángel Miguel, pedirle su protección y la posibilidad de obrar con él para aumentar su victoria.
La luz triunfará sobre las tinieblas: ha sido predicho y así será. ¿Por qué no ser partícipes en aquel acontecimiento? Los hijos de Dios, que serán inscritos en el número de los que habrán participado en el combate del arcángel Miguel, el Genio del Sol, esta potencia de Dios entre las más luminosas, recibirá el beso del ángel del fuego. Tal beso, a ellos no quemará, pero los iluminará "(Aivanhov)
Es interesante notar que también Rudolf Steiner en numerosas conferencias (en Máximos antroposofiche - ed. antroposofica, pagg.53) se detiene sobre el nuevo ciclo espiritual, sobre la nueva fe micaélica, es decir sobre la misión de Miguel, afirmando que en este ciclo le corresponde a Miguel enseñarle concretamente al hombre el camino para alcanzar el Cristo: "Los verdaderos pensadores son los que sirven a Miguel, a quien ellos consideran como el regidor del pensamiento cósmico. Miguel en efecto libera los pensamientos del yugo del cerebro y le abre el mundo del corazón... En él la imagen del mundo se vuelve revelación llena de sabiduría que desvela el intelecto del mundo cuál divina acción universal. En esta acción universal, vive la rapidez del Cristo por la humanidad; a través de la revelación universal de Miguel, tal rapidez puede revelarse así al corazón de los hombres."
También la última conferencia tenida por R. Steiner en el 28/9/1924, ha sido dedicada al arcángel Miguel. En este orden de ideas además ha sido observado que, El poder comunicar conocimientos espirituales hasta ahora guardados en el misterio de varias comunidades esotéricas, se ha hecho posible con la llegada, cuál Espíritu del Tiempo, de la entidad del arcángel Miguel, al final del siglo 19, el que por su misma naturaleza, entrega al hombre el impulso de querer conocer tales misterios. El Espíritu quiere que el hombre lo reconozca en plena conciencia y libertad.
También los textos sagrados de la India, contienen indicaciones significativas sobre la época en la que vivimos, denominándola "Kali yuga" o bien ‘’edad de hierro’’, para evidenciar que en esta época la humanidad ha alcanzado un punto peligroso de alejamiento del Cielo, de la espiritualidad, del su Real Ser. Según estos textos sagrados, después de la edad del hierro, se habría realizado una nueva edad de oro gracias a la intervención de un gran ser (Kalki avatar) que tendrá que descender sobre la tierra para ayudarla con sus discípulos. Por una visión total del papel de los Arcángeles y el sentido de las fiestas cardenales (el cap.XVII en Los frutos del árbol de la vida).