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sábado, 6 de noviembre de 2010

SRI AUROBINDO. El Corazón es ausencia de movimiento. El ego está en movimiento. La emoción pertenece al ego

El Corazón es ausencia de movimiento. El ego está en movimiento. La emoción pertenece al ego, en el mismo concepto que el mental. La emoción tiene por objeto satisfacer un deseo o huir de un peligro, o encontrar un hecho, que este hecho pertenezca a un presente o a un pasado.

22 octubre 2010

Yo soy Sri Aurobindo. Hermanos y Hermanas en humanidad, recibid Gracia y Presencia. Son agradecidos por su escucha.

Vuelvo de nuevo entre ustedes, esta noche, como lo he hecho he aquí algunos días, con el fin de proseguir una serie de conceptos relativos a las emociones y al Corazón.

Expresé, hace algunos días lo que era el miedo, lo que representaba como secreción. 

En la actualidad voy a ir más allá de este concepto de miedo para intentar hacerles entender e integrar la diferencia principal que existe entre el corazón y la emoción.

La emoción se sitúa, irremediablemente, dentro de la noción de acción y de reacción. 

La emoción es, por definición, eso que pone en movimiento, lo que es reactivo.

El Corazón es ausencia de movimiento. El ego está en movimiento.

La emoción pertenece al ego, en el mismo concepto que el mental. 

La emoción tiene por objeto satisfacer un deseo o huir de un peligro, o encontrar un hecho, que este hecho pertenezca a un presente o a un pasado.

Dentro de ciertos casos, la emoción puede también ocurrir de una proyección mental dentro del futuro, desencadenando, por ejemplo, un miedo, una aprehensión.

La emoción, como lo decía, es secretada, literalmente por la química de su cerebro. 

Esta emoción se define siempre en un marco de reacción por relación a una experiencia preexistente, sometiéndoles, generalmente, a esta reacción inmediata.

La característica esencial de la emoción, es situarse en reacción a un acontecimiento afectando su presente, no importando si la fuente de este acontecimiento se sitúa dentro del pasado, el presente o el futuro.

Voy a darle un ejemplo muy simple que comprender: Imaginen, supongan que una persona que les ponga en cólera, cualquiera que sea el objeto o el tema.

La cólera pues va a manifestarse como reacción. Imaginen ahora que ustedes han decidido en su funcionamiento, de nunca reaccionar, cualesquiera que sea el acontecimiento y prorrogar a 24 horas después de que fue el hecho que implicaba la reacción y en consecuencia de no reaccionar en el momento pero prorrogar conscientemente esta reacción para 24 horas más tarde.

En ese caso, ¿qué es lo que pasa? Es extremadamente simple de comprender. 

Ante una cólera a la cual, de manera muy lógica responderían por un comportamiento, por acciones, por una reacción, si adoptan de manera lúcida, el aplazamiento de 24 horas, ¿qué va a pasar? ¿Les sería posible y permitido expresar una cólera 24 horas después de un acontecimiento pasado? No.

En ese momento, no habrá ya reacción. Obviamente, este ejemplo funciona sobre el principio de la cólera.

El problema del ser humano, es que está identificado a sus propias emociones.

La emoción puede también tomar formas agradables y no solamente desagradables. 

Así pues, las emociones agradables pueden, hasta una determinada fase, hacérselas buscar activamente, y originando entonces eso que es llamado una adicción.

Es decir cualquier cosa que intenten reproducir con el fin de probar otra vez las mismas sensaciones, la misma emoción.

La emoción del placer es la emoción ciertamente la que hace pasar más tinta y que es ciertamente uno de los motores esenciales de la humanidad, cualquiera que sea la forma que adopte este placer.

Que esto sea un placer de los ojos, un placer social, un placer sexual, un placer emocional o familiar, o profesional (hay una multitud), proporcionando un sentimiento de satisfacción.

¿Cuál es la característica del placer? Es lo que no es duradero dentro del tiempo. 

Es por esto mismo que la adicción al placer es ciertamente la cosa más detestable a vivir para un ser humano ya que, cada vez, va a tener que recurrir a estímulos cada vez más intensos para experimentar la misma sensación y tener la misma percepción de este dicho placer.

El placer no es la Alegría. Muchas personas confunden placer y alegría.

El placer es siempre obtenido en respuesta a una satisfacción.

Que eso concierna a los sentidos, y cualquiera que sea el sentido, o incluso la obtención de un objetivo deseado y por tanto, de un deseo.

El placer y su corolario son por lo tanto deseo y satisfacción. 

El deseo y la satisfacción y desembocan en el placer, nunca son procedentes de fenómenos relacionados con el Corazón.

Sino sistemáticamente relacionados con el ego y el reconocimiento de este ego, ya sea en la satisfacción, cualquiera que sea, o en la reproducción de ese deseo.

La emoción les coloca por lo tanto, permanentemente, en una ley de acción y de reacción idéntica a la que se encuentra en el seno de la Ley de karma.

Los seres humanos, aun sin ser terapeutas, concebirán perfectamente que de algunas de las emociones pasadas resultantes de las lesiones se manifiesten en el presente, en el cuerpo o en el funcionamiento psicológico del ser.

Las emociones están vinculadas directamente a que se denomina Manipura chakra o cuerpo astral, todavía llamado cuerpo emocional o cuerpo de deseo.

El cuerpo de deseo tiene un funcionamiento que yo calificaría de semi-automático, cuya característica esencial es la de generar, permanentemente, un movimiento, dando, hasta cierto punto, el sentimiento, no real, de satisfacción.

En efecto, la característica de la emoción es nacer y desaparecer y de nunca establecerse en la persistencia, si no es, a veces, establecerse en alguna adicciones donde no hay nunca una satisfacción sino búsqueda permanente.

La acción y la reacción, vinculadas al cuerpo del deseo, los llevan, de manera ineludible e inexorable, a alejar los de su Ser profundo ya que juegan literalmente sobre las fuerzas existentes en este mundo de deseo, este mundo llamado Maya, en el cual la humanidad evoluciona desde hace algún tiempo.

La mayoría de las enseñanzas, orientales en cualquier caso, tuvieron por objeto superar el deseo de todo tipo. Superar no quiere decir controlar. 

En efecto, querer reprimir un deseo cualquiera que sea, no lo hará desaparecer jamás sino que lo hará reaparecer siempre en un momento dado, más tardío.

El control de los deseos no hace más que reaparecerlos más tarde, nunca los hace desaparecer. 

El deseo se expresa para implicar una acción de satisfacción que es la característica misma del cuerpo del deseo o cuerpo astral.

Ese cuerpo emocional está pues vinculado a las emociones, de manera formal, al chakra Manipura que es el asiento del ego, el asiento de la apropiación.

La emoción es pues un vector y la manifestación de un deseo, cualquiera que sea. 

Deseo que, por lo mismo, regresa a las estructuras todavía más arcaicas llamadas la voluntad.

Voluntad que, ella, no está más inscrita dentro del cerebro dicho emocional-o límbico-pero directamente dentro del cerebro arcaico llamado reptiliano.

El deseo, generalmente, no hace más que manifestar o traducir una voluntad. 

Lo que se oculte detrás de esta voluntad, se llame bien o se llame belleza, es siempre y sistemáticamente la satisfacción de una falta, cualquiera que sea.

El deseo puede aparecer como sano y evidente en el desarrollo de la vida de todo ser humano pero no resiste absolutamente a un análisis más avanzado, donde el deseo va sistemáticamente a aparecer como una falta que debe colmarse.

El cuerpo de deseo, así nombrado para las enseñanzas orientales, es el que se opone a la aparición de la Vibración del Corazón y al establecimiento en sí.

El deseo alimenta el ego en un juego sin final, en un juego de satisfacción, en un juego poder, en un juego de voluntad.

Entonces, abrazar la palabra deseo (aunque este deseo les parece, inicialmente, como muy noble y muy justificado) no hace más que traducir, de manera ciertamente más sutil, la aplicación de la voluntad, correspondiendo a un relleno de falta.

Todos los deseos, sin excepción, consiguen y se concluyen necesariamente por el relleno de una falta, aunque esta falta no puede ser reconocida como tal por la Conciencia del ego que hará todo, precisamente, para evitar que ustedes no tengan conciencia de esta falta.

Eso se refiere a la satisfacción de un deseo tan simple, como el hecho de alimentarse, dónde allí, a nivel fisiológico, está claro que hay una falta de comida que implica el deseo de comer.

Pero eso es la misma cosa exactamente por lo que se refiere a los deseos los más vitales, los más sociales, los más sexuales o los más naturales, dirán, del ser humano, que implican pues, sistemáticamente, un principio de falta.

El ego, distanciado y separado, es pues caracterizado esencialmente por la falta y por un descontento que no encontrará nunca satisfacción en sí mismo sino que va a hacérselo creer.

¿En efecto, cuál es el ser humano que no ha satisfecho un deseo, cualquiera que sea? ¿Y que pueda decir que este deseo nunca se ha reproducido? ¿Quién puede decir que no comió más que una vez y que no ha vuelto a comer? ¿Quién puede decir que no tuvo más que una relación sexual y nunca la ha reproducido? El deseo implica el deseo.

El deseo no puede satisfacerse. Eso es una evidencia inscrita en las células humanas, inscrita en el cerebro, inscrita en el comportamiento y en la naturaleza misma del cuerpo del ego o cuerpo emocional.

La problemática va ocurrir cuando el ser humano comenzará a hablar de corazón. 

Ya que, con más frecuencia, al nivel del corazón, cada uno pone el contenido en él transmitido por la propia conciencia. 

Un Cardiólogo escuchará el corazón como una bomba cardíaca.

Un ser en camino espiritual va llamar el corazón, su objetivo. 

Un ser realizado, que ha definitivamente disuelto el cuerpo de deseo, hablará de realización del Yo.

Todos esos seres designarán sin embargo la misma zona del cuerpo y la misma zona de conciencia, pero cada uno va a traducir según sus propias percepciones y según su propio vivir, su propia experiencia.

¿Entonces es que se puede decir que es más justo decir que el Corazón es una bomba? ¿Que el Corazón es emoción? ¿Que el corazón es sentimiento? O ¿que el corazón es el Yo? Toda la diferencia.

Es que el lenguaje, cualquiera que sea el idioma, hace referencia, para una persona, a un contenido semántico y simbólico preciso que no es el mismo absolutamente que el de siete billones restantes de seres humanos. Sin excepción.

Por lo tanto, no puede haber definición, correcta, para el Corazón, puesto que cada uno ha vivido algo muy diferente.

El Corazón no tiene nada que ver con una emoción, aunque un gran número de seres humanos considera que el Corazón pertenece del mundo de las emociones.

Todos los atajos se sitúan por otra parte a este nivel: concebir el Corazón como una emoción. 

El Corazón es emoción solamente en algunas partes de su parte física que, allí también, evolucionan según el mundo de la acción/reacción, a saber contracción y dilatación que un cardiólogo va a llamar sístole y diástole, es decir, contracción y dilatación del corazón, remitiendo, allí también, a atracción/repulsión, acción/reacción, un movimiento de contracción yendo seguido de un movimiento de relajación.

No hay más que un paso, que ha cruzado el hombre, que es el de semejar el Corazón a una emoción.

Muchos de los Antiguos que vinieron a hablarles, han insistido en algo que es fundamental que es el Corazón/Vibración y no el corazón/bomba.

El Corazón/Vibración es una percepción Vibratoria, como su nombre lo indica. Hay también, y sobre todo, una Conciencia.

La Conciencia del Yo, definida por oposición a la Conciencia del ego. 

Les devuelvo para eso a la magistral exposición que hizo un Amigo.

En lo que me concierne, llamo su atención: Si el Corazón es un deseo (tal como lo nombran), si el Corazón es una voluntad, ya no es ya el Corazón ya que el Corazón no es ni deseo, ni voluntad, ni emoción.

El Corazón es un estado, más allá de la bomba cardíaca, un estado que calificaría a la vez de móvil e inmóvil pero, sobre todo, que está completamente desapegado del concepto de acción y reacción.

La problemática, está a menudo en lo que se ha llamado el chakra del Corazón: las propias tradiciones subdividieron este Corazón en dos aspectos, llamados el mental discursivo o mental el inferior y el mental superior que llamé, de mi vivo, el Supramental.

Todo opone al Corazón mental y al Corazón Supramental. El Corazón mental se somete, como la bomba cardíaca, al principio de acción y reacción: yo actúo y adopto un comportamiento en reacción a un aprendizaje vivido.

Adopto tal conducta social en función de un aprendizaje que recibí. El comportamiento es pues resultante del mental inferior.

El mental superior está, él, en cualquier otro registro, no teniendo ya nada que ver con la acción/reacción, puesto que el principio mismo de revelación del Supramental se sitúa en los principios de la Unidad de la Luz revelada, develada, manifestándose por Vibración y por Conciencia, profundamente diferente de la que existe en el cuerpo de deseo.

De numerosos místicos establecidos en el Supra mental y en el Corazón, incluso antes que el supra mental no se revela a la humanidad en la Conciencia vinculada a lo que se llama la cabeza, percibieron lo que llamé, yo mismo, para ustedes, el switch de la Conciencia: el momento en que la Conciencia va a pasar del cuerpo de deseo al cuerpo de Budeidad (Bouddhéité).

Este cuerpo de Budeidad se caracteriza por un sentimiento de temporalidad, un sentimiento de disolución, un sentimiento donde las barreras, donde la acción/reacción, donde los deseos, se apagan enteramente.

El Ser encontrado en el centro del Ser no tiene efectivamente ya ningún deseo, ya no se identifica a sus emociones o a su mental.

El cuerpo de deseo, la personalidad, permanentemente se identifica y se proyecta en sus propios deseos, conscientes o inconscientes, y de sus propias actividades mentales conscientes y cognoscitivas, o inconscientes y subconscientes.

El supra mental no tiene nada que hacer con todo eso. El supra mental es establecimiento en la vacuidad y, al mismo tiempo, de la Vibración, allí donde no existe ya ni deseo, ni emoción, ni voluntad, ni actividad mental, ni comportamiento.

La calidad de la Conciencia no tiene estrictamente nada que ver.

La Conciencia del ego, el cuerpo de deseo, está en oposición total, en oposición absoluta al cuerpo del Ser.

El ego y el Yo no pueden sino excepcionalmente ponerse de acuerdo. Mientras exista un deseo en ustedes, que este deseo les parece justificado y normal (al sentido social o en el sentido de su desarrollo personal, o de su investigación personal), no puede haber acceso al Ser.

Toda la sutileza viene de allí. Así pues, la mayoría de las enseñanzas los orientaron sobre una investigación dicha Interior, esotérica o espiritual, haciéndoles literalmente destellar que satisfaciendo su sed de conocimiento de ustedes mismos, que al satisfacer un conocimiento dado u otro conocimiento (exteriores a ustedes), habrían de llegar a la etapa del Yo y del Corazón.

Eso es imposible. La única manera de penetrar el Corazón y el Corazón del Ser no puede hacerse sino por lo que el Arcángel Anaël llamó un abandono a la Luz.

El abandono a la Luz es un acto consciente. Pero este acto consciente no depende del cuerpo de deseo, no depende de la voluntad, no depende sobre todo de un comporta-miento sino de una rendición.

Es esta rendición ella misma, llamada, en otras tradiciones, la Crucifixión del ego, que va a permitir el paso del cuerpo de deseo al cuerpo del Ser.

Es para eso que los Yogas, en Oriente, describieron, de la manera más meticulosa posible, lo que acompaña el paso de un estado de consciencia a otro.

La descripción, tal como eso se hizo en el Yoga Sutras de Patanjali, la descripción que se hizo por el Kriya Yoga (por ejemplo y no es restrictivo) hizo hincapié en gran medida en la descripción de una serie de señales, extremadamente precisas, tradu-ciendo el paso del cuerpo de deseo en el centro del Ser, hasta describir, incluso, las señales correspondiendo al establecimiento definitivo en el Ser.

Cosas, obvia-mente, que el conocimiento exterior obviamente nunca les hablará, precisamente para evitarles, de manera a veces muy maliciosa, de ir hacia su Ser.

Así pues, el ser humano, desde hace mucho tiempo, va de conocimiento en conocimiento, dándole la progresión aparente, el sentimiento aparente, de ampliar su campo de percepción.

Pero no es el caso. La única cosa que está ampliada, es la cabeza solamente y la cabeza y esto, en todos los sentidos del término.

El Corazón nada tiene que hacer de cualquier conocimiento o de cualquier experimentación que no afecte directamente al Ser.

Todo lo que esté aplicado al exterior del Yo, está perdido para el Yo y enriquece, de manera interminable, el cuerpo de deseo.

Entonces, el cuerpo de deseo nunca les conducirá en el centro del Ser. 

Su vocación, su fina-lidad es, precisa, exactamente al revés del camino del Corazón.

Tanto que la falsi-ficación, a nivel espiritual, consistió en desviarles de su Corazón para hacerles ir sobre niveles de los cuales incluso Buda en persona él mismo había dicho: “cuando te encuentres los poderes, sálvate rápidamente”.


¿Qué hace hoy este mundo que no se abre en el Corazón? Tiene sed, en su cuerpo de deseo, de una espiritualidad. Tiene sed de conocimiento.

Tiene que saber que es. Tiene que saber lo que fue. Tiene sobre todo que saber lo que será.

Y tiene la impresión, este cuerpo de deseo, de realizar el Yo.

Ahora bien, nada ya se lo aleja más que esta actitud de espíritu y este comportamiento. Sólo hay que, precisamente, bloquear este principio de balanceo (acción/reacción), precisamente, fijando la Conciencia en el momento, así como eso ha sido nombrado “aquí y ahora”, que puede revelarse y concretarse el Yo.

De no ser así, eso es estrictamente imposible. Algunas enseñanzas llegan incluso hasta predicar la apertura de funciones espirituales de las que efectivamente Buda decía huir (los poderes del alma) que son, las más frecuentes, y que permanecerán por otra parte, poderes espirituales que no tienen estrictamente nada que ver con la maestría vinculada al Corazón.

La ilusión seguirá consiguientemente más bella, sobre todo teniendo en cuenta que no hay alguna satisfacción en la apertura del ego espiritual sino, más bien, enriquecimiento del cuerpo de deseo que va, a su vez, envenenar, literalmente, este cuerpo de deseo y a hacerlo ir en una marcha donde los deseos van a aparecer como cada vez más exage-rados.

Que eso se refiera a desviaciones en la alimentación, que eso se refiere a juegos de seducción de los otros, en el sentido más amplio, en el sentido de la manipulación, al fraude y la apariencia de verdad.

El cuerpo de deseo no puede sino salir crecido de este tipo de iniciación que, efectivamente, no tiene nada que ver con el Corazón.

El Corazón no será jamás, estrictamente jamás, una iniciación. Initiare, en latín, quiere decir poner en la vía.

El Corazón no tiene necesidad de ponerse en la vía puesto que el está, de toda Eternidad. 

El juego del cuerpo de deseo es pues alejar a ustedes, permanentemente, de esta realidad eterna inscrita en ustedes, que es el Yo, que, efectivamente, no necesita camino puesto que él es, de toda Eternidad.

Tiene exactamente necesidad, y eso es profundamente diferente, de un reconocimiento y de una reconexión.

Esto no tiene nada que ver con cualquier iniciación. Los que querrían llevarlo hacia una iniciación no están indudablemente en la vía del Corazón ya que la vía del Corazón es la vía del momento.

No puede sugerirse a través de una iniciación, cualquiera que ella sea, a través de un ritual, cualquiera que sea ya que el establecimiento en el Ser no se realiza hasta que se supera y se reprime todo deseo.

Así como lo decía él mismo Cristo: “se juzgará el árbol a sus frutos”. 

¿Cuáles son los frutos? ¿son frutos vinculados al cuerpo de deseo, con un refuerzo de los impulsos, un refuerzo de la exaltación de las emociones, cualquiera que ellas sean, aún más exacerbadas que antes, con un sentimiento de placer o un sentimiento de frustración? ¿O entonces al contrario la vía del Corazón desemboca en la desaparición del cuerpo de deseo? Lo que no quiere decir que el hombre que vive eso no expresa más deseos fisiológicos.

Simplemente, no son ya sus deseos que controlan, no es la voluntad de reprimir un deseo que controla sino el establecimiento en la plenitud o la vacuidad, que corresponde al Corazón.
El Corazón no es pues acción ni reacción.

Es Ser. No es saber ciertamente. El es establecimiento en la Presencia. 

Algunos Arcángeles, entre ustedes, les hicieron acercar a este estado Vibratorio particular llamado la Presencia.

Algunos de entre ustedes, a través de las Bodas Celestiales o más recientemente, comienzan a percibir estas famosas Vibraciones.

Obviamente, como lo significó y estipuló un Amigo, existen muy numerosos Estados intermedios que permiten conducir hasta el establecimiento permanente en el Corazón.

La Conciencia del Ser se establece de manera definitiva en el Corazón solamente cuando hay acceso a lo que se llama los dos últimos Samadhi: el establecimiento de la Alegría y el establecimiento de la disolución. 

Antes, todo retorno a otra realidad, vinculada al ego, es siempre posible más el que avanza en la vía del Ser, se refuerza en el propio Ser.

Hay determinados egos - cuerpo de deseos especialmente resistentes, implicados en comportamientos aberrantes - que van a intentar alimentarse con la Vibración de serlo.

En cuanto la Conciencia comienza a establecerse en el Ser, el cuerpo de deseo se modifica. 

La percepción Vibratoria se vuelve completamente diferente.

Entiendan que la percepción de las Vibraciones (o de lo que llaman Energía) no tiene nada que ver mientras estén en el ego y se vuelve completamente diferente en cuanto pasen en el Corazón.

La Vibración vinculada al ego es una Vibración de naturaleza electromagnética que va ser descrita y percibida por cada uno que desarrolla su propia Energía vital.

La percepción de la Energía no es la traducción absolutamente de la apertura del Corazón. 

En un momento dado, en las primeras etapas del establecimiento en la Conciencia del Ser, resulta una nueva Energía que califiqué, de mi vivo, como Energía Supra mental, Energía viniendo del plan de la Città (Plan de la Consciencia), no teniendo ya nada que ver con la Energía pránica, que se manifiesta según características completamente diferentes, cuya circulación misma, en el cuerpo o en torno al cuerpo, no tiene ya nada que ver con las Energías Pránicas.

La característica no es una circulación, en el sentido electromagnético.

Es un Fuego. Es la palabra que puede volver de nuevo generalmente.

Un Fuego extremo que con todo no consume. Eso puede ser también, en la realización del último Samadhi o sus primicias, un Fuego devorando, escociendo el conjunto del cuerpo extremadamente rápido, lo que está vinculado a la agregación de las partículas Adamantinas en el canal del Éter o Sushumna y en los diferentes chakras.

Las Energías Pránicas pueden manifestarse en las emociones. 

Van a dar entonces corrientes de aire que vuelven en torno a la persona y que pueden hacer creer, que hay establecimiento en el Ser. 

Es una ilusión. El Ser no será nunca este tipo de Energía y este tipo de Conciencia.

El establecimiento en el Corazón es perceptible para el que se establece. El famoso switch de la Conciencia es una realidad cuando se vive.

Eso va a traducirse, instantáneamente, en una modificación de dichas percep-ciones energéticas, en el cuerpo, donde las Energías Pránicas van progresivamente a dejar el lugar a lo que se llama las Energías Supra mentales o plan del Città.

Hay pues una diferencia esencial entre la Conciencia del ego y la Conciencia del Ser. 

En las manifestaciones también, que se dio en el Yoga Sutra de Patanjali, o también en las enseñanzas del Kriya Yoga, la aparición de los marcadores que son la Nada o Canción del alma, los Siddhis, también, que aparecen (los poderes del alma), que no son, una vez más, de los poderes pero que traducen, sin embargo, una marcha hacia el Corazón.

El Corazón es también establecimiento en la Unidad, de la Vibración.

La diferencia esencial, también: la Vibración vinculada al cuerpo de deseo, manifestada en la ilusión (que llamamos, con ustedes, la ilusión Luciferina), va a desencadenar una serie de cosas vinculadas a la visión.

Visiones que ocurren muy precisamente con los ojos cerrados es decir, en el tercer ojo, lo que no está absolutamente, en el establecimiento en el Ser, donde la percepción misma de lo que se llama la Luz Luciferina no existe ya.

La percepción se vuelve directamente empática. Eso podría expresarse por las palabras siguientes pero que no expresan no obstante la Verdad intrínseca de lo que se vive: la visión Luciferina es una proyección sobre una pantalla llamada mental o la pantalla del tercer ojo; la visión del Corazón es un conocimiento instantáneo.

Hay conocimiento directo, conocimiento estableciéndose por la Verdad de lo que se percibe, en Unidad, y no por cualquier definición visual vinculada a los ojos cerrados. Toda la diferencia es a este nivel.

Las Vibraciones, por supuesto, acompañando el ego espiritual en el cuerpo de placer, no tienen nada que ver.

En el cuerpo de deseo, o en el cuerpo del ego espiritual, la Energía puede ser muy amplia pero es de naturaleza directamente resultante del cuerpo de deseo.

Va pues a englobarles, encantarles, exaltarles, conducirles a conductas que no tienen nada que ver con el Corazón.

La Energía del Ser, o cuerpo del Ser, que se manifiesta en el Corazón, va a ponerles en resonancia en el Corazón y va a hacerles participar, aunque eso permanece del ámbito de experiencia y no del establecimiento de la Vibración, de eso que manifiesta esta Vibración cardíaca.

Hay una diferencia esencial, por eso, es que la Vibración del cuerpo de deseo, en el ego espiritual, va a implicar una serie de desviaciones.

Va a implicarles, obviamente, en la emoción. Va a exacerbar sus propias emociones más que de contenerlas y controlarlas.

Es toda la diferencia con la Vibración del que está en el Corazón y en consecuencia en el cuerpo del Ser. 

Obviamente, es muy lógico que numerosos seres humanos estén seducidos, literalmente, por los poderes del alma.

La visión de sus últimas vidas, la visión de una serie de cosas en relación con el tercer ojo pueden ser extremadamente seductoras y perturbantes.

Pero, en ninguna forma, y toda la trampa está allí, eso corresponderá a un establecimiento en el seno del Yo.

A lo sumo se desarrollará la Vibración del tercer ojo, a lo sumo se alejarán de la Vibración de su Corazón. 

No puede existir, de manera simultánea, Vibración del Corazón y Vibración del tercer ojo.

Por el contrario, está claro que con las Bodas Celestiales, el tercer ojo ya no se limita a su parte congruente llamada Triángulo Luciferino, puesto que hay Coronación, Redención y en consecuencia hay chakra realmente existente en el tercer ojo.

Pero el chakra no es el tercer ojo solamente, es el conjunto de la Corona percibida en la cabeza. 

Ya es una distinción extremadamente importante.

A continuación, observan, en ustedes, lo que se establece. ¿Se establece, en ustedes, la reacción? ¿Se establece, en ustedes, un estado de Paz, serenidad, vacuidad y plenitud a la vez? ¿O entonces, se establece en ustedes una falta, un deseo, una necesidad? Toda la diferencia se sitúa también, en su Conciencia, a este nivel.

Y por fin, cosa que no podrá nunca equivocarlo, cualquiera que sea el aspecto Vibratorio - que eso esté en las primeras etapas del establecimiento del cuerpo del Ser, como en su realización última, llamada Maha Samadhi - obviamente, hay percepción consciente de una Vibración que existe en el pecho. 

Cosa que no existirá nunca en el tercer ojo y del ego espiritual. 
 
Ciertamente, algunos seres pudieron vivir la experiencia inicial de Vibración del Corazón pero no es por eso, si el ego espiritual toma el frente, que van a establecerse en la Vibración del Corazón.

La emoción participa, irremediable y definitivamente, como lo dije, al cuerpo de deseo.

El Corazón Vibral es todo excepto una emoción.

Es estado. Estado de Ser. Estado de realización. Estado de Despertar auténtico y no de Despertar Luciferino.

El acceso al Yo, por la Vibración del Corazón, va a desembocar, sobre todo en este período (lo que no era posible de mi tiempo y aún numerosos años más tarde), a lo que se llama el Cuerpo de Êtreté.

Una serie de señales también pueden manifestarse, en ese momento, significándoles que no es todavía el momento de acceder a este Êtreté sino de establecerse, cada vez más duraderamente, en el seno del Yo.

En ese momento pueden manifestarse lo que llamaría de las Energías limitantes en las raíces de los miembros que les impiden, literalmente, dejar este cuerpo ya que no hay suficientemente transcendencia del cuerpo de deseo.

En efecto, la Vibración del Corazón y el establecimiento de la Conciencia, en el Ser, va disolver progresivamente y a desagregar, según un tiempo que es diferente para cada uno, el cuerpo de deseo.

Eso puede establecerse instantáneamente como tomar, a pesar de la cantidad y la calidad de la Luz que llega hasta ustedes, un determinado tiempo.

Durante este tiempo, es importante respetar las solicitudes de la Vibración de su cuerpo que son, en realidad, solicitudes de la propia Luz que les permite evitar las trampas.

He aquí las algunas palabras que había requerido ustedes de comunicar, por lo que se refiere a las emociones y el Corazón.

Me tengo, obviamente, a su disposición, para completar esta exposición si eso es necesario.


Pregunta: ¿Qué entienden por respetar las Vibraciones de nuestro cuerpo?

Hay momentos, cuando la Conciencia se establece en el Corazón, donde el cuerpo va a manifestar sentimientos de gravedad, de pesadez, que no están destinadas a impedirles que vivan el Corazón, al contrario, pero solamente destinados a establecerles aún más fácilmente en el Corazón.

La percepción, o incluso de desconcierto, de dolor, en los miembros o los segmentos de miembros, va a consolidarles en el establecimiento en el Ser.

No hay que luchar contra. Esto no es una exasperación. Esto no es un impedimento sino bien más una dirección de la Energía, enteramente, hacia el Corazón.

La relajación de las extremidades y miembros podrá hacerse a partir del momento, como lo dije, donde el cuerpo de deseo será disuelto suficientemente.

Pregunta: ¿podrían dar un ejemplo de deseo y un método para superarlos?

Querida Hermana, así como lo he dicho, no es posible superar el deseo luchando contra un deseo ya que éste volverá de nuevo inexorablemente, bajo la misma forma o bajo otra forma.

Querer luchar contra el deseo es una ilusión. No puede haber lucha contra un deseo. Un deseo corresponde a una falta y toda falta, en la matriz, tiene necesidad colmarse.

Entonces, no hay ejemplo que dar. Sólo hay en el establecimiento del Ser que pueden disolverse, comenzarán a disolverse, los cuerpos de deseo pero absolutamente no antes.

Pregunta: ¿Aspirar al Êtreté puede ser una forma de deseo?

Todo depende si hay apertura del Corazón o no. Si la Vibración del Corazón es activa, en ese momento, hay una aspiración que no es un deseo ni una voluntad.

Llamaría eso una tensión, vinculada al abandono a la Luz. Esta tensión no pertenece al cuerpo de deseo puesto que nace dentro de la Vibración del Ser.

Lo que no es en absoluto la misma cosa. A partir del momento en que el cuerpo del Ser no está despierto, en ese momento, la tensión hacia el Êtreté refuerza el cuerpo de deseo.

Implicará, en ese momento, tanto más frustración, o incluso denegación.

Pregunta: ¿Es el abandono a la Luz que va a permitir la disolución del cuerpo de deseo?

Enteramente. Pueden comenzar a establecerse en la Vibración, por la experiencia, en el Ser. Cosa hoy extremadamente más fácil que antes de la llegada de la primera Ola Galáctica.

Es por eso que hicimos hincapié en el hecho de que no hay ninguna barrera otra que la del ego para acceder a la dimensión del Corazón.

Obviamente, la manera de acceder puede ser diferente para cada uno, sobre todo teniendo en cuenta que el cuerpo de deseo, como lo demostré, es una oposición importante al establecimiento en el Ser ya que el cuerpo de deseo sólo existe porque existen deseos y faltas.

Colmar una falta, cualquiera que sea, no basta a hacer desaparecer el cuerpo de deseo ya que, en ese momento, el cuerpo de deseo encontrará otras faltas a colmar y esto es sin fin.

Sólo hay en la realización del Ser o, en cualquier caso, comenzando a vivir las experiencias del switch de la Conciencia, como eso se les propuso, que van a poder, poco a poco, comenzar a disolver y desagregar, literalmente, el cuerpo de deseo.

Una vez más, esta disolución, esta desagregación, no puede hacerse sino si hay abandono a la Luz. 

El abandono a la Luz, así como lo expuso el Arcángel Anaël, es uno de los elementos motrices de la realización Yo y del Êtreté.

El abandono a la Luz es el abandono de su propia voluntad, correspondiente, por allí incluso, a las frases pronunciadas probablemente por el Cristo pero que son bien reales: “que se haga tu voluntad y no la mía”.

En ese momento, hay aceptación de la entrega de su propia voluntad, no a una autoridad exterior sino a una autoridad Interior que es la Fuente y en consecuencia la Vibración del Corazón.

Entonces, por supuesto, desde la adición de las nuevas frecuencias, se les dio una clave: el establecimiento de la nueva Tri Unidad.

La activación de lo que se llama el noveno cuerpo favorece la aparición de lo que se llama el Samadhi, favorece pues, así, de manera directa e indirecta, el establecimiento de su Conciencia en el Ser.

Es necesario pues pasar, a ese nivel, de la experiencia al establecimiento permanente. Lo que no puede hacerse sino por la repetición de la propia experiencia del Samadhi o la Vibración del Corazón.

Algunos hay que al primer intento se establecen, de manera definitiva, instantáneamente, en el Corazón.

Otros van a tener, al contrario, que disolver progresivamente, el cuerpo del deseo, por el establecimiento de la Vibración del Corazón.

Todo es, obviamente, función de su propio camino y no de su voluntad.

Pregunta: ¿a qué corresponde el hecho de despertarse con el pecho muy caliente?

Eso corresponde, innegablemente, a la afluencia de la Ola Galáctica y a las partículas Adamantinas, partículas de la Radiación del Ultravioleta, del Espíritu Santo y la Fuente que ya se vierte sobre Tierra desde hace muchos años.

Ahora, eso no basta par a hacer un Despertar del Corazón pero eso son las primicias. 

Eso significa que hay, efectivamente, acumulación de partículas Adamantinas en el cuerpo.

El Arcángel Anaël les ha expresado, he aquí hace año y medio, esta importancia capital del abandono a la Luz.

Cuestión: ¿cuál es el significado de experimentar un apoyo muy fuerte en el tercer ojo?

Querida Hermana, eso depende, obviamente, si el Triángulo Luciferino está dado la vuelta o no. 

Éste fue dado la vuelta por la acción de Miguel el 16 de octubre, hace muy pocos días.

Entonces, actualmente, el Triángulo llamado Luciferino debe trabajar a Vibratoriamente de manera muy intensa por lo mismo que esta revocación.

No tenemos más preguntas. Les agradecemos.

Hermanos y hermanas en humanidad, les digo y les repito, no están solos pero son ustedes y solo ustedes, que pueden establecerse dentro del Corazón, si esta es vuestra decisión, si esta es vuestra elección. Es su turno elegir, como se les ha dicho y repetido.

Los invito a leer y releer mi primera intervención, hace algunos días, sobre el concepto de choque y miedo.

(Mensaje del 17 de Octubre del 2010). Les bosqueja todos los mecanismos de funcionamiento extremadamente precisos del ser humano, que están en el seno de la dependencia o en el seno del cuerpo del deseo o del cuerpo del Ser, que estarán en total complementariedad con lo que acabo de expresar.

Hermanos y Hermanas, mi amor y gratitud os acompañan. Les digo hasta muy pronto.

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Canalización :Jean Luc Ayoun

Transcripción:Veronique Loriot

Traducción: Odilia Rivera

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