Cuando el planeta era sólo una masa incandescente y sin vida, los elementales estaban presentes planeando la construcción y la vida futura, ayudando a los Espíritus Superiores, Arquitectos Cósmicos, quienes eran los encargados de coparticipar en la obra del creador.
Las salamandras... Elementales del fuego- cuidaban la masa de gases radioactivos presentes en el planeta, y de la materia incandescente que debía ir sedimentándose y enfriándose poco a poco, para que el planeta en formación pudiera ser habitable.
Los silfos... Elementales del aire, cuidaban de la evolución de ésos gases tóxicos, para lograr el equilibrio químico y la evolución de los violentos vientos y tormentas nucleares, que azotaban al planeta en formación, allá en los comienzos de la historia cósmica.
Los Espíritus Superiores o Arquitectos Cósmicos... Ya tenían planeado todo tipo de vida que surgiría en la tierra, siguiendo las orientaciones del Creador. Estaba todo programado en la Mente Divina. Sólo hacía falta que se estableciera el orden, para que ésos Espíritus de la naturaleza, o elementales, pudieran, finalmente, empezar el proceso de evolución y vida sobre el planeta tierra, como colaboradores inmediatos de los arquitectos celestiales.
Cuando los gases se hicieron líquidos, y cayeron sobre el planeta en forma de gotas de agua, lluvias y tormentas violentas, que inundaron casi toda su superficie, aparecieron los elementales del agua: Sirenas, Ninfas y Nereidas, por las explosiones nucleares, quitándoles las materias densas y pesadas que aún había en suspensión.
En el Universo existen, entre otros Jefes Espirituales, espíritus guardianes, orientadores, protectores, y organizadores de toda la creación. Los elementales, sus colaboradores, fueron, por lo tanto, anteriores a la aparición del hombre sobre la tierra y los encargados de armonizar las condiciones básicas para la aparición de la vida en sus varios reinos.
Cuando el planeta comenzó a enfriarse y a estabilizarse, ya estaban presentes los elementales de la tierra: Gnomos, Duendes y Hadas, a fin de armar los elementos de su nivel, o sea, los primeros esbozos de arbustos y piedras. Estaban dando origen a todo lo que germinaría después, con el trabajo de millones de años.
Es curioso observar, que desde la antigüedad más remota, los elementales fueron representados de manera casi idéntica por los pueblos más diferentes, por ejemplo, los sumerios, los caldeos, los egipcios, los chinos, los pueblos indígenas de África, Polinesia y América.
Los dibujos que se encontraron, los muestran de manera casi idéntica, no importa cuán lejos estuvieran ésos pueblos unos de otros. Esto nos lleva a pensar, que los elementales siempre se comunicaron con los seres humanos, manteniendo un patrón energético que permitiera verlos e identificarlos. Estaban presentes en casi todos los ritos sagrados, especialmente en aquellos en que se pedía la protección celestial para las cosechas y las siembras.
No sólo se los invocaba para que protegiesen las siembras, sino también para que aquietasen las aguas, apagasen incendios y contuvieran tempestades. O sea, protección de los cuatro elementos.
Aparecen sus figuras, casi idénticas, tanto en la Europa central del siglo XV como en la India milenaria y mágica, 2000 años antes de Cristo.
Los elementales eran amados y temidos al mismo tiempo, ya que tanto beneficiaban como perjudicaban. Fueron siempre considerados seres duales. Ellos tienen un tipo de vibración muy rápida y eléctrica, que les permite trasladarse de un lugar a otro a la velocidad de la luz.
Se los considera espíritus juguetones, animados, traviesos, sin mucha responsabilidad y arduos trabajadores de la naturaleza. No tienen un concepto muy claro del bien y del mal, y por eso pueden ser manipulados para los trabajos de magia negra. Tal vez, su nivel de conciencia se parezca a la de un niño que aún no sabe distinguir entre acertado y errado.
El hecho de no tener un nivel de madurez espiritual suficientemente desarrollado, para diferenciar el bien y el mal, los hace semejantes a criaturas traviesas, inconscientes e inocentes, como la propia imagen física con la cual se presentan ante los hombres.
Si por su falta de consciencia madura, alguna vez fueron usados para practicar el mal, pagaron muy cara ésta acción, porque retrocedieron en su camino espiritual de evolución.
“ELEMENTALES DEL AIRE Y SU RELACION CON LA VIDA”
AIRE...
Es el elemento de la inteligencia, de la mente...
Seres mágicos del elemento aire...
Deben ser invocados en un lugar aireado y con ráfagas de viento. Aparecen como una nube deforme, que resulta bastante indistinguible. Atacan con un chorro de aire, y si no es suficiente para derrotar al enemigo, adoptan forma de torbellino. Ésta es la forma más poderosa de un elemental del aire.
Los seres mágicos del aire, pueden ser tan benévolos como malignos, y las leyendas dicen, que deben ser tratados con mucha prudencia, porque suelen ofenderse con facilidad si se los molesta.
Los elementales del aire, son afines a buscar relación con seres de otros elementos, así como también con el hombre. Prefieren los lugares abiertos, árboles, el aire mismo.
Estas criaturas se vinculan al amanecer, la primavera, el cobre, el estaño y la energía proyectiva.
SILFOS y SÍLFIDES...
La misión de éstos seres, es la de mantener el aire a salvo de la contaminación. Rigen huracanes, remolinos, vientos y todo movimiento de las masas de aire.
Este tipo de criaturas, se caracteriza por un estado de ánimo algo cambiante. Los silfos en especial, prefieren vivir solos en lugares abandonados u obstentosos.
LAS SÍLFIDES...
“No todas las sílfides restringen su trabajo y vida al aire. Muchas de ellas poseen una inteligencia elevada. Se asigna una sílfide a cada humano durante toda la vida. Esta sílfide nos ayuda a mantener el cuerpo mental y su desarrollo. Así, nuestros pensamientos –buenos o malos- son lo que más les afectan. Ayudan a estimular nuevo conocimiento e inspiración. Trabajan para limpiar y elevar nuestros pensamientos e inteligencia. Nos asisten en la utilización de lo intuitivo y lo racional de forma conjunta.
Un contacto excesivo con los espíritus o elementales del aire, podría ocasionar una mente hiperactiva, que debe ser controlada y guiada. Se puede manifestar como una parálisis de voluntad (un excesivo análisis). También puede activar demasiado el sistema nervioso, infundiendo una necesidad de cambio frecuente, o manifestándose en varias formas de excentricidad. Podría mostrarse como un desapego de las actividades físicas y mundanas de la vida.
Una falta de contacto con los seres de éste reino, incluyendo nuestra sílfide personal, podría manifestarse con percepciones limitadas y una falta de sentido común. Podrías verte involucrado continuamente en actividades y sentimientos, y sin embargo no ser capaz de reflejarlos en la vida.
Las sílfides traen inspiración, y afectan poderosamente nuestras facultades mentales. Aprender a contactar con nuestra sílfide personal nos facilitará la asimilación de conocimiento nuevo. Nos puede ayudar a expandir nuestra sabiduría. Nos ayudarán a coordinar nuestras percepciones y a expresarlas. Pueden estimular el equilibrio mental, la libertad y la curiosidad. Nuestra sílfide personal se controla a través de la constancia. Esto significa que hacemos y llevamos a cabo compromisos con resolución.”
Las sílfides, de género femenino, velan por las nubes y las lluvias. Son bellas y suelen manifestar su belleza ante los seres humanos. También pueden ser musas inspiradoras para los artistas porque pueden poner en funcionamiento mentes bloqueadas de quienes trabajan con la imaginación. Son definitivamente benévolas y de todos los elementales, las más próximas a los ángeles.
GENIECILLOS DE LAS TORMENTAS...
Reciben otros nombres, tales como "nuberus" o ‘geniecillos de las nubes’. Temidos por los aldeanos, por su capacidad para generar niebla, las leyendas relatan historias de acuerdos con las sílfides, ya que ambos tienen influencia de la producción de lluvias. La diferencia entre ambos reside, en que las sílfides buscan la armonía y los nuberus pueden llegar a generar grandes cataclismos fatales, especialmente para los campesinos. Cuando una sílfide y un nubero llegan a concretar un pacto, no hay nada que temer: la naturaleza conservará el equilibrio.
HADAS
La raíz etimológica del vocablo ‘hada’, se encuentra en el latín ‘fata’ (destino), por lo cual, puede interpretarse que éstos seres intervienen activamente en el curso de las cosas, teniendo alguna influencia en el destino de los humanos. Se dice incluso, que cuando un hada decide entablar relación con un humano, suele elegir a una persona alegre y generalmente enamorado. En general, suelen estar de buen humor, pero si se sienten ofendidas pueden llegar a ser muy vengativas.
Las hadas son siempre de sexo femenino y muy bellas, aunque ésto no les resta fuerza física. Se caracterizan por una legendaria voluntad y curiosidad, lo que hace de ellas seres de gran iniciativa. Como otros seres elementales, poseen poderes extraordinarios. En general, un hada suele ocuparse de proteger y ayudar a otras criaturas elementales.
La mayoría de las hadas, pertenecen al aire, aunque también las hay, unas pocas, que habitan las aguas y la tierra. Las hadas suelen vivir en organizaciones jerárquicas. Entre ellas suele haber una reina de las hadas que ejerce el poder.
Según las leyendas, las hadas adoran cantar y bailar con sus dulces y melodiosas voces, armando círculos (coros o anillos de las hadas). Las hadas del aire, al igual que las hadas terrestres, disfrutan de posarse sobre los hongos en el bosque. Vuelan con sus hermosas alas entre las flores, y sorprenden a los caminantes con luces fugaces y silbidos agudos.
TOMEMOS CONCIENCIA DE NUESTROS PENSAMIENTOS
EL AIRE...
Representa la mente, la posibilidad de ser objetivo, es decir, ponerse fuera de una situación y observarla sin comprometerse. Tiene que ver con la comunicación y por ende con el enseñar y el aprender. El aire trabaja más en el plano de las ideas, que en el sentir o actuar; es decir, es la imaginación que empieza a visualizar, para después poder concretar.
El miedo atrae al miedo.
El optimismo al optimismo.
La confianza genera más confianza.
La desgracia, más desgracia.
Es la ley del universo.
Aquello en lo que focalizas tu atención, éso es lo que atraes a tu vida.
No puedes cambiar directamente nada, sólo puedes ser dueño de una cosa: tu atención. Tu atención, sin embargo, puede cambiar el mundo. No luches contra tus pensamientos, déjalos al aire, sólo intenta dominarlos suavemente a través de tu atención. Negar algo, no es lo mismo que afirmar lo contrario.
Puedes enfocarte en tí mismo, irte hundiendo más y más hacia el fondo oscuro de tí mismo, como un tornillo, o, por el contrario ir construyendo una espiral hacia arriba, cada vez más amplia, abriéndote hacia el infinito.
¡Deja que tus pensamientos vayan al aire, vuela con ellos, sé cocreador con los elementales!...
¡Invocad a los Elementales del Fuego, del Aire, de la Tierra y del Agua!
¡Presentad vuestro respeto a los seres que habitan en los cuatro Puntos Cardinales y en las ocho direcciones que rigen el Universo, Seamos Co-Creadores con ellos!...
Tomado de: CIUDAD VIRTUAL DE LA GRAN HERMANDAD BLANCA
WebSite: http://hermandadblanca.org/
email: info@hermandadblanca.org
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