Vuestras lagrimas serán mi corona, vuestras risas serán mi corona,
vuestras tristezas y vuestras alegrías serán mi corona,
así que vivir alegres, para que la carga sea más liviana
65- MENSAJE DE SANTA MARIA, NUESTRA MADRE
Ahora hijo mío, tu Madre ha adoptado una nueva manera de vestir, de ahora en más no me veréis con ropas relucientes y bellas sino que vuestra Madre adoptará la vestimenta que vosotros tengáis por dentro y por fuera... De ahora en más si vuestra vestimenta espiritual está sucia, así me veréis, si vuestra vestimenta espiritual es reluciente así estaré. Yo he decidido cambiar...
Mi corona tampoco es la que estáis acostumbrados a ver, sino que desde ahora y hasta el nacimiento del germen, yo también seré co-redentora junto a mi hijo, por lo tanto si bien no tuve nunca una cruz sobre mis hombros, si tuve una corona, y mi corona serán vuestros pecados y vuestros dolores, así mi frente sangre por las heridas, esa es la corona que elijo llevar hasta que el nuevo reino tenga total plenitud, donde te pediré a ti, amado hijo que me corones nuevamente como Madre de la creación y del universo, como Reina de los hombres y de todas las criaturas que caminan por la tierra, esa es mi elección, amado hijo y así ha sido dispuesto.
Vuestras lágrimas serán mi corona, vuestras risas serán mi corona, vuestras tristezas y vuestras alegrías serán mi corona, así que vivir alegres, para que la carga sea más liviana... Sed solidarios unos con otros, tolerantes y misericordiosos, comprensivos y sobre todo hermanos, en este tiempo que celebran el nacimiento del Hijo de Dios.
Si bien vuestro hermano Jesús no nació ese día, en realidad no tiene día de nacimiento pues es eterno; en este tiempo mirad no un portal allá lejos y en el tiempo, si no que deseo que miréis vuestro corazón, ese será mi portal, allí es donde nacerá el hijo de Dios, donde siempre eligió nacer y dar luz dentro de vuestro ser, allí estará José y mi niño amado, allí os visitarán los ángeles uno por uno hasta dentro de vuestro ser; solo espero que al llegar el momento, podáis abrirme las puertas y no negarme la entrada, como tantos lo hicieron aquella vez.
Será la navidad en el que el cielo íntegro descenderá a cada uno de vosotros, de los que nos aceptéis a la Sagrada Familia allí, y la luz se hará en vuestro interior y vuestra Madre vestirá esa noche como vosotros. Estéis vestidos por dentro, luego del nacimiento caminaré por la tierra largo tiempo en medio vuestro, y mi niño lo llevaré en brazos.
¡Os amo hijitos míos, inmensamente y por vosotros doy todo, pues sois mis hijos!...
Así sea.
Mi hija es un dulce engalanando mis días con su sonrisa y sus travesuras... jugamos hoy con la harina, ¿verdad hija mía? Te amo niña hermosa, niña de mi vida, aquí la tienes, extiende tus brazos hijo, te la entrego con todo mi amor, se cuánto la amas y sabes hijo mío, ese amor llena mi vida también, ensancha mi alma de gozo y felicidad, aquí esta. Adiós.
De: Pedro cuenca
mailto:pedro.cuencaserrat@hotmail.es
Enviado el: Lunes, 20 de Diciembre de 2010 11:59 a.m.
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