EL futuro hacia el que os dirigís está lleno de esperanza, pero es necesario que previamente instaléis esa esperanza en vuestros corazones como una realidad.
Las huestes celestiales os prestan todo su apoyo pero sois vosotros los que debéis actuar, los que debéis materializar esa ayuda en vuestro mundo.
Permitid que hablen vuestros corazones. Permitid que sea vuestra esencia la que llegue a todas partes, vuestra verdadera esencia, la que parte del fondo del vuestro ser y no de la mente. La mente humana está sobrecarga de información. Está cansada. Permitid que descansen vuestras mentes y que hablen vuestros corazones. El gran mensaje se encuentra en ellos, en quienes sois realmente. Vuestra verdad es mi verdad. Yo soy vosotros. Vuestras esencias y la mía proceden del mismo lugar. No me admiréis ni me idolatréis como si yo fuera un ser superior a vosotros. Soy el mismo que vosotros sois. Soy la esencia manifestada en cuerpo humano. Si yo lo logré también lo podéis lograr vosotros. ¿Por qué no?
Permitid que la voz de vuestros corazones os muestre el camino, que os guie hacia vosotros mismos. En cada uno de vosotros se encuentra la respuesta a cada una de las preguntas que os hacéis. ¿Quién soy, de dónde vengo, por qué estoy aquí? Todas estas preguntas hayan respuesta en el mismo lugar. Es el corazón el tesoro que ansiáis en vuestras vidas. Es en él donde se encuentra vuestro origen.
Sed conscientes y sed humildes. Humildad no es considerarse inferior, es considerarse igual al otro. Nadie es más que nadie, pero tampoco menos. La verdadera humildad se encuentra en el corazón de cada uno. Desde él es únicamente desde donde seréis capaces de mostrarla y también de recibirla por parte de otros.
No os perdáis en circunloquios mentales que no os conducen a ninguna parte. Perdeos, eso sí, en los entresijos del corazón, en las numerosas y gratificantes experiencias que él os traerá. Os garantizo que allí encontraréis la magia que tanto ansiáis en vuestras vidas. Os garantizo que allí se encuentran todas las respuestas.
No sentiréis vuestro camino como verdadero mientras permanezcáis desconectados de vuestros corazones.
Una y otra vez volved al centro, recuperad la esencia. Especialmente en aquellos momentos en que mayores dificultades enfrentéis. Especialmente en esos momentos. Echad mano de los recursos que tenéis y que son realmente efectivos. Conectad con vuestro verdadero ser ante cualquier dificultad. Conectad con vuestra esencia y desde ella actuad. No reaccionéis desde la mente. La mente se encarga de juzgar, de criticar, de crear desarmonía. Dad respuesta a cada situación de vuestras vidas desde la esencia de quien verdaderamente sois.
Antes de reaccionar ante lo que consideráis “oscuro” deteneos un instante. Conectad con el fondo de vuestro corazón, con el alma que en él habita, solicitadle que sea ella la que se haga cargo de la situación. Permitid que surja la voz de vuestros corazones, porque allí es donde albergáis a vuestra alma.
Una vez que lo pongáis en práctica todo fluirá. Comprenderéis entonces el sinsentido de tantas ocasiones en las que no permitisteis hablar al corazón, la inutilidad de cuanto surgió de vuestras mentes. Comprenderéis el origen y el alimento del caos en el que os habéis visto inmersos tantas veces. Y esta compresión os llevará de la mano hacia la decisión que os hará libres: SER VOSOTROS MISMOS POR ENCIMA DE TODAS LAS COSAS, PERO UN VOSOTROS MISMOS VERDADERO. El auténtico ser que acogéis en vuestro cuerpo terrenal. Es él quien comparte su esencia con todos los demás. Por el corazón os conectáis, desde el corazón amáis y os sentís unidos.
Devolvedle al corazón el protagonismo que le corresponde en vuestras vidas. No continuéis desprestigiando sus mensajes.
Activad la magia en vuestras vidas por medio de este sencillo acto, repetido incansablemente: VOLVER AL CENTRO, VOLVER AL ORIGEN, VOLVER A LA ESENCIA. Es un mensaje que os ofrezco desde el amor más puro, desde mi propia esencia, que es la que nos une a todos, la esencia a la que todos pertenecemos. Sentíos parte de ella y transmitidla al mundo. Esa es vuestra tarea. Ese será vuestro legado. Permaneced unidos desde el corazón. Amaos los unos a los otros como yo os he amado. Como yo os amo.
Soy vuestro hermano. Soy vuestro aliado. Soy vosotros mismos.
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