Bien amados Hijos de la Ley del Uno, soy Anael Arcángel. Vengo al interior de aquél que yo guardo próximo a mi Presencia, lo más cerca de vuestra Dimensión. Amados Hijos, no ignoráis que la Luz se aproxima a vuestra Dimensión y a vuestra Consciencia. En los días que vienen, mecanismos de la Consciencia importantes se sitúan en su lugar, en vuestra Consciencia ordinaria, y harán que muchos de vosotros encontréis las esferas de Eternidad, así lo esperamos. Amados Semillas de Estrellas, vengo para aclarar de nuevo, a través de mis palabras y de mi Presencia, ciertos elementos sobre los que yo me he expresado hace más de un año. Vengo para completar mediante palabras y por la Vibración, lo que es el abandono a la Luz, el Fuego y el Êtreté. Vengo pues, a abrir con vosotros tres vertientes sucesivas que, mediante palabras y Vibración, hacen que os aproximéis Vibratoriamente y en Consciencia, a eso de lo que voy a hablar y Vibrar en vuestro Ser. Si ese es vuestro deseo, os pido entonces estar receptivos y acoger en vuestra Presencia mi Radiación. Nosotros los Arcángeles podemos además, aproximarnos todavía más cerca a vuestra Consciencia limitada y a vuestro cuerpo efímero. Este va a ser el caso ahora y así será cada vez más, a medida que vosotros estéis más cerca de la revelación de las Claves Metatrónicas y del Anuncio de la Divina María. Mecanismos intensos y poderosos se despiertan en los cuerpos Celestes, en las diferentes Consciencias Unificadas, vigilando para que el pasaje y elevación se produzcan y desarrollen en la Unidad, en la Alegría y en la facilidad. Así, yo me permito volver a explicaros y daré esta explicación, no a través de las palabras ya empleadas sino a través de una forma de proceder que fue empleada hace mucho tiempo, por el propio Maestro de la Luz, consistente en hablar el lenguaje de la Luz Vibral que es parábola, resonancia y puesta en función. Amados Hijos de la Ley del Uno, acojamos juntos el Verbo.
Efusión de Energía
Abandono a la Luz. El abandono a la Luz es el don del Yo. El mejor ejemplo que puedo encontrar en el mundo limitado, es este: un día, pasáis sobre un puente. Sobre ese puente oís algo. Quizá lo veis. Quizá lo percibís. Quizá lo escucháis. Una Consciencia, un cuerpo, está a punto de ahogarse en el agua del río. Y entonces, ¿qué pasa? Si el ego está muy presente y el sentido de Servicio está desarrollado, vais a pedir ayuda. Si no estáis en el sentido de Servicio sino en el de la Unidad, vais a actuar según el principio de Acción de Gracia y en ese momento, no os hacéis la pregunta sobre la temperatura del agua, ni de saber o acordaros de si sabéis nadar o no. Vosotros saltáis. Y vais al reencuentro del que llama, sin preocuparos de la corriente, sin preocuparos de saber si vuestra acción tendrá éxito. Habéis obedecido al impulso de la Unidad. La única diferencia es que el que llama no es otro que vosotros mismos, en un más allá. La única diferencia es que no se ahogará jamás. Tiene justo el miedo del ahogamiento y el miedo de lo desconocido. Así es el abandono a la Luz. Hay un acto deliberado, no de servicio sino de ir hacia. No para salvar a quien sea sino para efectuar lo que dicta el Espíritu. En el momento en que llegue a vosotros, en el momento en que este impulso nace en vuestra Consciencia ordinaria. ¿Vais a abandonaros o a reflexionar? ¿Vais a sumergiros o a resistiros? ¿Vais a no mirar? vais a intentar desechar el impulso, la visión o las palabras que vendrán a vosotros? Este abandono a la Luz, que algunos de vosotros ya habéis vivido, os será propuesto por el Anuncio de María. Es exactamente el mismo proceso, la misma Revelación el mismo mecanismo. Así cuanto más pesado sea vuestra bagaje, más “a priori” os sean pesados, menos espontaneidad habrá y más dificultades tendréis de ir hacia el abandono a la Luz. Los “a priori” las Creencias, ciertos elementos a los que habéis sido confrontados en este mundo (la duda, el bien y el mal, la indecisión, el miedo), serán los obstáculos y los pesos que vendrán, en ese momento extremo de lucidez, a entorpeceros e impediros el reencuentro con lo que sois.
Es en este sentido que hoy y sobre todo desde hace muy pocos meses, el total de la humanidad cualquiera que sea su camino, está llamada a ver en Verdad, el mundo tal como es y no tal como aquellos que os controlan han querido que lo vierais y no tal como vuestro ego quisiera que lo vierais. Este abandono a la Luz es un acto. Un acto de Gracia hecho a vosotros mismos, autorizándoos a ir hacia vuestra Verdad. Ir hacia su Verdad, es también aceptar ver la Verdad. Aceptar verse, sin velos, sin filtro. Y aceptando verse no juzgar, no condenar e impulsar el movimiento de la Consciencia. Es esto lo que os será propuesto en cuanto a la realización de la Cruz, debéis vosotros mismos, pasar por esta Cruz. No veáis en este nivel, ningún sufrimiento, ningún castigo sino simplemente un momento intenso de revelación y de estar cara a cara con vosotros mismos. Es cara a cara como surgirá vuestra capacidad de ir hacia la Luz. La preparación que algunos de vosotros han seguido, sea en las Bodas Celestes o por otros medios, desde hace muchos años, decenas de años, no tiene más que una finalidad, haceros vivir este reencuentro con vosotros mismos. Os hace falta para esto, en el marco del este abandono, des identificaros de toda proyección, des identificaros de toda Creencia y de toda suposición, abordar esta etapa como un niño, centraros en el instante, en el aquí y ahora, centrados en vuestra Consciencia en vía de Unificación. Desde el inicio de este año, los Melquizedec o los Arcángeles, tratan de haceros tocar Vibratoriamente ese estado. En ese estado y no en cualquier reflexión, es como podréis vivir lo que tenéis que vivir, si tal es vuestra aspiración, si tal es vuestra Vibración. Esta etapa no es la última pero sí es la etapa mayor y capital, que os permite obrar en este mundo ligados a lo que sois, ligados a la Unidad, en Unidad y Alegría.
Muchos seres humanos, en esta dimensión que realizarán este abandono a la Luz, verán transformarse su Consciencia, totalmente de un solo golpe, de uno sólo, que os preparará para llevar cada uno individualmente y para el conjunto, vuestro Despertar a la Luz. No intelectualmente, no como una necesidad sino más bien, como el establecimiento de la Verdad, a fin de permitiros agarraros a la Unidad y haceros esta Unidad. El abandono a la Luz será tanto más fácil al alinearos a vosotros mismos y hacer callar el ruido del mundo, el ruido de vuestra cabeza, el ruido de vuestras heridas, de vuestras emociones, hacer callar todo lo que no es La Fuente, la Verdad y la Alegría. No mediante cualquier voluntad sino más bien, por una aceptación de la Luz. Asentir a la Luz es capitular. Rendirse. Ir hacia lo que vosotros sois. Es esto. El mecanismo de la Luz puesto en acción en la Cruz, en la Revelación de las Claves Metatrónicas, permitirá, si las recibís en Consciencia y no con una mera comprensión, en el seno de la Luz Vibral y no en la cabeza sino en el Corazón, Vibrar al unísono con La Fuente, vibrar al unísono con la Verdad absoluta existente en los mundos Unificados. Amadas Semillas de Estrella, nos gustaría a los Arcángeles que os alegrarais como nunca del periodo que viene a vosotros, del aflujo de la Luz y de la revelación. Entráis en pleno Corazón de la revelación de vosotros mismos, de la revelación de la Ilusión de este mundo. Penetraréis en el Corazón de la Verdad absoluta de la Unidad y de La Fuente. No hay ni que tener miedo ni esperar. No hay ni que proyectar ni imaginar. Simplemente, hay que volverse como un niño, viviendo el instante en su plenitud y en su Verdad.
Bien amadas Semillas de Estrellas, segunda vertiente. Lo que viene el Fuego. Las características de este Fuego son diferentes según la forma en que experimentáis el Fuego. No hablo de Fuego que os quema. No hablo de la llama que existe en esta Dimensión, como podéis observar en un Fuego. Sino que hablo del Fuego del Amor, revelación del Amor, Vibración de una rapidez desconocida en vuestro mundo, llamado a vibrar en vuestras estructuras físicas sutiles como en vuestra Consciencia. El Fuego quema lo que no es Verdad. El Fuego quema lo que es Sombra y permite desvelar y revelar la Luz y la Verdad absoluta. Ninguna Verdad relativa puede mantenerse ante el Fuego. Ninguna Creencia puede protegeros, aislaros del Fuego. Lo que hay que vivir: Vibración de la Consciencia Unificada, revelación del Êtreté, de La Fuente verdadera y no de cualquier imagen retorcida, manipulada desde hace milenios por aquellos que llamáis algunos de vosotros los Arcontes. Esta Verdad, este Fuego, os permitirá despejar vuestros ojos y ver, en Verdad, más allá de todo lo que podéis imaginar. Cierto, esta Luz y este Fuego, para algunos, va a hacer derrumbar en vosotros ciertas Ilusiones sobre lo que creéis de vosotros mismos, del mundo, de la realidad de este mundo, incluso. Pero no hay nada que lamentar porque este Fuego es el Fuego de Amor, Fuego de Verdad, desvelando y desenmascarando lo que sois en Verdad en el interior del Êtreté.
Tercera vertiente. Ser en el Ser. Establecerse en vuestra propia Presencia. Dejad los mundos de lo efímero, los mundos de la apariencia, los mundos de la imagen, para penetrar en lo íntimo de lo que sois. No estar más en la proyección de la existencia sino en la Verdad de la Vida. El Fuego viene a revelar el Êtreté. El Êtreté es una estructura móvil. Una estructura vibrante. Una estructura de la que habéis olvidado el contenido y la consistencia. Os hace falta, si tal es vuestro impulso, acoger, acoger este Êtreté. Acoger el Êtreté se traduce por la Alegría, por la Acción de Gracia y el acceso a lo Ilimitado. Porque el Êtreté es ilimitado. Estáis pues convidados a pasar de la limitación a lo Ilimitado. Este pasaje, efectuado gracias al abandono a la Luz y gracias al Fuego, se realizara para vosotros de la mejor de las maneras. No es una cuestión de fe. No es tampoco, una cuestión de confianza. Esto es todavía menos una cuestión de soltar presa, sino más bien está ilustrado por la parábola de Cristo, en su crucifixión, en el momento de lo que llamaré la última duda y el último grito, en esas frases particulares que han llamado a la modificación de los elementos de la Tierra y a la fecundación de la Tierra con la sangre de Cristo “Eli, Eli, Lama Sabachtani”. En esta simple frase, se resume lo que hay que vivir, lo que hay que realizar. Se realiza también el último grito de aquél que se lanza al vacío, venciendo entonces sus últimos temores, sus últimas proyecciones, sus últimas suposiciones, que son en Esencia, todas sin excepción falsas porque han salido de la Verdad relativa del instante y del momento efímero en un mundo efímero. Alcanzar la inmortalidad y la Consciencia infinita de lo Ilimitado es una renuncia, un sacrificio instantáneo de la forma ilusoria en beneficio del cuerpo inmortal, cuerpo de Fuego, para convertirse por la Presencia del Maestro de la Luz en vuestro ADN revelado Ki-Ris-Ti, Hijo Ardiente del Sol a fin de convertirse en el sol que sois.
La conjunción del abandono a la Luz, la revelación del Fuego y del Êtreté es la triple condición que permite animar en vosotros los Tres Fuegos, alinearlos, Unificarlos a fin de alcanzar vuestra Tri Unidad en la Presencia reunificada de la nueva Trinidad. Cristo, María, Miguel, de los que sois los dignos hijos, portadores en vuestro ADN de vuestra Vibración, de esta Dimensión de Semillas de Estrellas que os conviene realizar por la gloria del Uno, por el retorno a vuestro Ilimitado. Algunos de vosotros vivirán esto dentro de muy poco tiempo, sin que esto signifique por tanto, la retirada de esta Dimensión porque tendréis que obrar en esta Ilusión, a fin de que vuestro ardor y vuestro Fuego reencontrados, permitan establecer la Luz en este mundo y espiritualizar este mundo, para permitir la liberación de la Tierra y su parto en la nueva Dimensión. La hora del fin y de la separación ha llegado. La hora del fin de la Ilusión en vuestra Consciencia ha llegado. Todo lo que no es Luz, todo lo que no es la Verdad, debe desaparecer por el principio mismo de la Luz. Es a esto a lo que estáis convidados. Esto podría llamarse Bodas Terrestres, permitiendo elevarse a la Tierra al seno de la Luz, extraerse de la influencia de la Sombra para de realizar su sacralidad. Y vosotros estáis aquí por eso, por vosotros como por vuestros Hermanos y por esta Tierra. Os daréis cuenta en la revelación de Fuego, que no hay ninguna separación, ilustrando con eso la realidad y la Verdad absoluta de las palabras de Cristo: “nosotros somos todos uno” que no será una palabra vacía sino, más bien, la realidad Vibratoria del Absoluto, vivida por Acción de Gracia en el vehículo eterno. Amadas Semillas de Estrellas, lo que pasa y pasará muestra lo que La Fuente, misma ha llamado hace poco tiempo, la llamada y el despertar de su juramento y de vuestra promesa, el despertar de vuestra Unidad, el abandono de la Ilusión, el abandono de lo que no es verdadero, de lo que no vibra de acuerdo a la Luz Unitaria y con La Fuente. Hijos de la Ley del Uno e Hijos de La Fuente, haciéndoos Uno y Fuente vosotros mismos, a fin de no estar separados más, a fin de no estar limitados nunca jamás.
Amados Hijos de la Luz y Semillas de Estrellas, por mi Presencia en este canal, por el acercamiento Vibratorio que es el que yo realizo y que completará después de mí, el Arcángel Uriel, desde ahora os es posible aproximaros a la Presencia. Vuestra Presencia propia, marcando y traduciendo el abandono a la Luz, alumbramiento de Fuego en vuestras Coronas a fin de que estas resplandezcan para la Eternidad. Os propongo en cuanto a mí, antes de abrir un intercambio mediante palabras y Vibraciones, de recibir durante algunos minutos la Vibración de mi esfera de acción en el seno del Amor y del planeta Venus.
Eli. Eli.
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