Queridos míos,
En mi discurso de esta semana les deseo hablar sobre la cualidad del Amor llamada "aceptancia". Muchas veces cosas suceden en sus vidas que surgen repentinamente, y estos eventos pueden dejarlos sintiéndose como si su sentido del Orden Divino de las cosas hubiera sido distorsionado, dejando una energía de caos en su lugar. Es hora de que la cualidad de "aceptancia" de lo que es pueda ser traída a la superficie para permitirles manejar esta situación.
A medida en que trabajan a través de sus aspectos emocionales en esta situación, ustedes encontrarán que están balanceando estas emociones al emplear la cualidad llamada "aceptancia" como una manera de liberar sentimientos relacionados de pérdida, dolor, separación o temor que la situación les haya podido causar, y a medida en que hacen esto, la carga emocional es disipada y ustedes comienzan a sanar y a sentirse mejor acerca de la nueva dirección en la que este evento los ha llevado. Es necesario emplear esta cualidad a fin de moverse a un espacio más elevado desde donde enfocar y vivir su vida diaria.
La aceptancia es tema también cuando observan a seres cercanos a su alrededor y los ven envueltos en actividades que pudieran causarles gran pena más adelante. En este caso, después de haber compartido con ellos su intuición y sabiduría y se han comprendido, entonces dejan al otro que haga su elección: si desea continuar con esa actividad o desea reflexionar sobre la sabiduría que compartieron con ellos y prestarle atención. Ésta es una forma de Amor más elevada conocida como aceptancia, a sabiendas de que la única persona que nosotros podemos ultimadamente cambiar somos nosotros mismos.
Cada una de ustedes practica esta cualidad de aceptancia casi diario al hacer sus actividades diarias. La raíz de esto es el comprender que ustedes tienenfrente a sí una elección que hacer: proceder en una dirección que pueda causarles discordia, disarmonía y malentendidos, o aceptar el derecho de la otra persona de experimentar la vida por sí mismos y aprender sus propias lecciones a su propia manera y tiempo, dejando ir la necesidad de controlar la situación. Ésta es otra forma de Amor infundida de la energía de la sabiduría.
En sus vidas en el momento presente, cada uno de ustedes emplea esta cualidad de aceptancia de momento a momento, a medida en que recorren los flujos de energía de altibajos que están ocurriendo en su planeta, y cuando involucran su conciencia en la necesidad de trascender situaciones, ocurrencias y eventos tratando de encontrar una nueva forma de hacerlo, en lugar de usar métodos del viejo mundo donde hay un choque de voluntades para conseguir tener la última palabra, tratando de cambiar al otro porque sienten que ustedes tienen la razón.
Ahora están viendo esta cualidad de aceptancia manifestada en toda la gente a su alrededor, y es ciertamente muy notable cuando una persona no emplea esta cualidad de aceptancia. Esta persona sobresale como la dogmática e irrazonable en sus puntos de vista, y es más bien 'anticuada' en su enfoque pues en estos tiempos actuales todo lo que pertenece al viejo mundo está desmoronándose, siendo reemplazado por una nueva y frecuentemente mejor forma de resolver las cosas.
Mucha gente está encontrando que la vida es más fácil y más agradable a medida en que, cuando interactúan unos con otros, hay una mayor disposición para aceptarse unos a otros de toda forma. Nosotros vemos esto como otro positivo paso en el proceso de ascensión, y aplaudimos a todos ustedes por continuar sosteniendo y transmutando viejas energías hacia las nuevas energías del Nuevo Mundo al tiempo que fluyen a través de ustedes a la Tierra y a todo a su alrededor, anclándolas más firmemente a su planeta.
Cuando toda la humanidad sobre su planeta pueda aceptar y honrarse unos a otros como la chispa Divina del Creador que cada uno es, entonces habrá una forma de vida y de ser más armoniosa y pacífica para todos. Los dejo ahora para que reflexionen sobre estos pensamientos, y los rocío con mi Amor y aceptancia, a ustedes, perfectos Hijos de la Divinidad.
Canalizado por Marlene Swetlishoff
Traducción: Gloria Mühlebach
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