CAPITULO 7. Quien hoy necesite tocar, puede tocar conscientemente
Quien más y quien menos de nosotros tiene conciencia por propia experiencia de lo que es que en tu cotidianidad te manifiestes como el yo superior que somos, unicitado éste, con todas las demás partes de la Vida.
¡Qué sinfín de sensaciones tan sublimes hemos podido percibir vivas en nosotros en aquellos instantes! ¡Qué riqueza de reacciones se han generado en aquellas personas que permanecían junto a nosotros, todas ellas absolutamente imprevisibles desde nuestro habitual raciocinio!
Dichos testimonios vividos por nosotros mismos, nos evidencian por unos instantes en qué consiste lo que la Vida nos está ofreciendo a cada uno, me refiero, claro está, a nuestra particular ascensión o consolidación a nuestro propio ser superior dentro de la Luz, la Vida y el Amor que permanece vivo en nosotros al ocupar nuestro correspondiente lugar dentro de la misma.
Démonos cuenta que gracias a estos testimonios en nuestra vida, ello se produce de manera ocasional y esporádica, lo cual nos evidencia que aún estamos viviendo nuestra vida y lo que la Vida nos ofrece, para utilizarlos al margen de Ella con el ego primario que desde siempre nos creímos ser.
Nuestro objetivo primordial en esta vida, no es llevar a buen puerto aquellos proyectos que hayamos asumido materializar en este mundo, nuestro primer objetivo es que cada uno viva su vida física como el ser superior que en verdad somos. Dichos proyectos son para que los seres superiores encarnados físicamente en este planeta vivamos afines a lo que somos, coherentes con nuestras acciones y por consecuencia, coherentes con los frutos que se deriven de ello.
La etapa de egos primarios que hemos creído poder haber gozado de los bienes y dones divinos, quedó atrás en nuestro camino, ahora nos llegó la hora de ser fuentes vivas de estos bienes y dones, al igual como nos ocurre en estos instantes en que todos hemos percibido rotundamente cómo llega a manifestarse la Totalidad de la Vida a través de nosotros, siendo verdaderas partes naturales de Ella, la parte que cada uno de nosotros somos.
Vivamos desde este nivel evolutivo cada instante de nuestro día. Destinemos plenamente nuestro tiempo y energías a ello. Convivamos así entre nosotros, a la vez que dejamos de demorar todo ello bajo infinidad de racionamientos, todos ellos aún egocéntricos.
Todos los aquí presentes la Vida nos llevó a encontrarnos, no para que tengamos cómo localizarnos cuando no tenemos nada mejor que hacer. La Vida nos acercó unos a otros para vivir nuestra ascensión o consolidación respectiva y así poder convivirnos plenamente dentro de la natural unicidad. Todo ello vivo en nuestro día a día, al fin y al cabo nuestros días, al igual que nuestra vida física, es para que la vivamos como seres superiores. Los frutos de ello serán los proyectos que vayamos materializando en este mundo, pero como los seres superiores que somos, no como simples especuladores de tanto como nos facilita la Vida para llenar nuestra vida física.
El orden dentro de la Vida es sagrado e inalterable, movámonos constantemente dentro de este Orden Natural, movámonos siendo cada uno partes vivas de este Orden y manifestémoslo en este mundo físico a través de nosotros mismos. Hagamos que todo ello sea el contenido de nuestras vidas particulares, ya que sólo si lo hacemos realidad en nuestra vida, podrá llegar a existir en este mundo o planeta Tierra.
Éste es nuestro primordial objetivo en esta vida. Éste es el bosque al que formamos parte como seres superiores encarnados en este momento en este mundo físico. Cuidemos con el amor universal que emana de nosotros mismos, que nadie de nosotros se permita que los árboles le impidan vivir el bosque.
El Bosque de quinta dimensión está creciendo en este mundo físico. Nunca existió hasta hoy un mundo físico de quinta dimensión. Este Bosque es para que formemos parte de él y lo gocemos todos los seres superiores que lo generemos y todos aquellos demás seres superiores que vayan integrándose en él.
No hay, ni nunca habrá lugar en este Bosque para ningún ego primario, al igual como ninguno de ellos podrá considerarse parte o creador del mismo. Asumir o renegar de lo que la Vida nos ofrece a cada uno, comporta correr con las consecuencias que se derivan de nuestra particular y libre decisión.
El tiempo del doble juego llegó a su fin para todos, no importa si los individuos que habitan este mundo o planeta sean conscientes de ello o no. Nadie sin excepción dispone de bula alguna para librarse de ello. Los velos siguen cayendo a diario en la vida de todos nosotros, y ello nos evidencia las realidades que particularmente generamos y alimentamos cada uno.
Hasta hace algún tiempo, en este mundo o planeta podíamos aparentar ante los demás ser lo que en verdad no éramos ni queríamos ser. Hoy esto resulta imposible y todos bien lo sabemos, más en un plazo muy breve, pues en este mundo o planeta sólo existirá un solo juego dentro de la común transparencia de los que formemos parte natural de este mundo.
Aquellos que no os sintáis en este momento estar aquí siendo verdaderamente vuestro propio ser superior, haceros conscientes que el tiempo que disponéis para que podáis tomar vuestra decisión personal se os acaba. No es cuestión de querer o no querer, simplemente es cuestión de estar siendo cada uno quienes somos en verdad dentro de la Vida, a pesar de vuestras propias guerras que todavía muchos de vosotros alimentáis en vuestro interior.
Considerad y valorad en su justa medida los instantes que os habéis sentido ser quien en verdad sois. Decidiros ya para siempre a asumir vivir así vuestra vida o bien, seguid empleándoos en lo que desde siempre nos empleamos todos sin excepción.
Aquellos que decidáis seguir alimentando vuestro ego, os digo a cada uno: el tiempo del doble juego ya terminó para todos. También os digo que este mundo es para los seres superiores de Luz, donde dentro de muy poco tiempo no tendréis cabida en él.
Si alguien de vosotros, de los que renegáis, le interesa abrir su miserable conciencia a lo que el futuro os depara, no contéis con nosotros para ello, tendréis que acercaros a vuestro rey para que os lo cuente. Vuestro rey es el Rey de los Egos al que os seguís entregando en vuestro día a día, no importa si tú lo conoces como Pepe o como Pepita (con perdón de los Pepes o Pepitas), tu rey es aquel o aquello que desear poseer y para seguirte creyendo que lo posees, pagas con tu propio ser.
Todos los Pepes y Pepitas, así como todos los que os creéis poseer a los demás, sois por decisión vuestra parte de la Oscuridad. A la Oscuridad le llegó la hora de abandonar este mundo, ello es decisión de la Totalidad de la Vida, la cual es quien decide el camino de la evolución en la que todos sin excepción nos encontramos inmersos.
A todos a los que seguís a pesar de todo abrazados a la Oscuridad, necesito deciros algo muy simple y escueto que espero que resuene para siempre dentro de vuestra mente particular y colectiva: “La Oscuridad es sólo la negación de la realidad divina de la Vida”. Un día os hartaréis en verdad de alimentarla con vuestras propias vidas, el día que esto os ocurra, en este muntiuniverso existirá un mundo físico de quinta dimensión que hoy todos nosotros lo conocemos como el planeta Tierra. Seguro que cuando asumáis vivamente quienes sois dentro de la Vida, la Vida os invitará de nuevo a formar parte viva de este mundo o planeta. En aquel momento tendréis que asumir lo que ahora os negáis a asumir. Sólo así evolucionamos y seguiremos evolucionando hasta llegar a formar parte de la Totalidad. Mientras esto no se haga realidad, sed muy conscientes desde vuestra propia inconsciencia, que muchos de nosotros habremos ido generando, alimentando y gozando este mundo de quinta dimensión, el cual lo estaremos viviendo ya desde este mismo instante de nuestra existencia, mientras que vosotros, los que decidís seguir formando parte de la Oscuridad, habréis estado viviendo las consecuencias de vuestra propia decisión personal.
Cuando en medio de vuestra Oscuridad sintáis que cerca de vosotros hay Luz, recordadnos a todos los que decidimos serlo en nosotros mismos por siempre más, recordadnos a pesar de las molestias que ello os pueda ocasionar a vuestro orgullo de egos.
Que el amor crístico se haga presente en todos aquellos que lo acogemos vivamente en nosotros como maná divino. Que la Luz que es este amor ilumine plenamente el momento de transformación individual y también el de este mundo o planeta Tierra. Que la protección de la Totalidad de la Vida, la palpemos vivamente en nuestra cotidianidad y en ello encontremos las fuerzas, el tesón y la ilusión para gozar esta actual transformación global.
CAPITULO 8. Un mundo físico de Luz de cuarta y quinta dimensión
En la medida que este mundo o planeta Tierra se convierta en un mundo de seres de luz de cuarta y quinta dimensión cohabitando en él y potenciándose ambos niveles recíprocamente de manera directa y constante, deberemos contemplar la necesidad vital de que dentro de este mundo ambos niveles han de permanecer completamente alineados en plena y recíproca unicidad natural.
La nueva finalidad de este mundo o planeta Tierra de quinta dimensión acoge la cuarta dimensión para que los seres de cuarta dimensión en la Luz, en su camino evolutivo asciendan y se integren por completo en la quinta dimensión en la Luz, todos ello movidos, única y exclusivamente por el Amor Crístico o el amor universal.
Los seres de dicha cuarta dimensión en la Luz, serán los responsables de aportar los medios para ir rehabilitando este planeta, de regenerar este mundo, tanto a nivel físico, como astral, como a nivel energético, todo ello desde la reavivación de las conciencias guiadas y facilitadas por los seres superiores de la galaxia de Luz.
Para ello todos sin excepción hemos de ser seres superiores de Luz, que avanzamos evolucionando como tales, bien sea que ya formemos parte vivencial de nuestro núcleo crístico, o incluso entre nosotros también cohabitarán físicamente en este planeta seres crísticos, que cuidarán de que la constante evolución natural permanezca alineada al máximo a la voluntad y a los designios de la Totalidad.
Otro aspecto a considerar es que los seres de los niveles cuarto y quinto en la Luz, conviven en plena conciencia entre los encarnados físicamente y los que no lo están. Dicha convivencia nos lleva a la realidad, que en la medida que todos nos mantengamos aquí como partes vivas de la Luz, nuestros caminos individuales nunca pueden interferir en los caminos de los demás seres de este planeta. La unicidad natural que reina en la Vida ha de ser realidad en este planeta al igual como el oxígeno lo es para nuestra vida física. Nuestro propio Amor Crístico nos mantiene unicitados unos con otros, así como también con los seres de planos o niveles superiores de Luz. Este planeta retoma el rumbo, después de elevar el ancla, para convertirse tarde o temprano en un nuevo mundo crístico, al igual como todos los seres que lo formemos.
Centrémonos por unos instantes en la parte de este mundo de cuarta dimensión. Los seres que lo forman son directamente aquellos que se encuentran en el punto de su evolución donde la ciencia que hemos conocido hasta la tercera dimensión, la transforman en sí hasta facilitar al conjunto del planeta el conocimiento, especialmente la aplicación del mismo siempre desarrollado y aplicado en este mundo desde la Luz. La alineación con los designios de Dios, la Vida, han de ser realmente la direccionalidad en constante movimiento evolutivo, que nos lleve a aplicar y disfrutar en este mundo, en nosotros mismos, todo aquel contenido existente como parte de la Luz a nivel galáctico y universal.
Nuestra evolución es en verdad el nivel de conciencia que dispone a nivel vivencial cada individuo-ser. El contenido de conocimiento ya existe en este multiuniverso, sólo debemos llegar a percibirlo cada uno de nosotros desde la conciencia que somos. Por otra parte, nadie debería ignorar la finalidad natural de la vida creada en este multiuniverso, la cual nunca ha sido, ni tampoco será otra, que el ego pudiera desarrollarse libremente hasta llegar a convencerse por sí mismo cada uno de ellos, que al margen de la Vida resulta imposible llegar a vivir plenamente, ni siquiera aquellas partes de la Vida que permanecen por decisión propia al margen de la misma.
Siendo esta la realidad, no tiene sentido alguno emplearnos para lograr conocimientos que su finalidad no sea otra que la de facilitarnos nuestro individual regreso a la Totalidad. El hecho de crear nuevos mundos nunca será para que en ellos podamos pretender vivir en plenitud, menos aún en este momento evolutivo en el que nos encontramos los seres y los mundos de Luz. Las Leyes Naturales de la Vida Creada existen y han existido desde antes de los tiempos habidos y por haber, sólo nuestras atrofiadas conciencias han pretendido ignorar la existencia de estas Leyes, a pesar que las consecuencias de ello se manifiestan en todos los mundos que existen y que han existido, entre los cuales hemos deambulado hasta hoy.
Dentro de la transformación en la que nos encontramos inmersos todos los seres vivos que pueblan este planeta, nuestra conciencia es la que se está rehabilitando hasta cotas infinitamente superiores a lo que nadie puede considerar. Eh ahí la llave de todo este proceso de transformación. Sin este despertar de nuestra conciencia sería imposible dicha transformación, tanto la nuestra propia como individuos seres, como la que está viviendo el planeta Tierra como el ser vivo que es en sí mismo.
Conciencia viva y unicidad alimentadas ambas por el Amor Crístico, es el nuevo paradigma sobre el que edificar esta nueva etapa que nos acercará algo más a todos a la Totalidad. Deberíamos haber aprendido de nuestro caminar de hasta ahora que la mente por si sola desde siempre pretendió utilizar los conocimientos que nos brindó la Vida, para instalarse en un mundo para intentar vivir plenamente. Este es el espíritu de la Oscuridad, especialmente en los momentos de tránsito, ya que es cuando la Vida nos facilita nuevas cotas de conciencia que nos brindan el acceso al conocimiento velado hasta entonces para nosotros.
Es en esto cuando se produce la criba natural entre los habitantes de este mundo o planeta, ya que por extraño que nos parezca, en este mundo no tendrá cabida la Oscuridad. Este mundo está destinado a la Luz, a todas aquellas partes de la misma que bien estén y vayan formando parte de este planeta o que incluso perteneciendo a otros mundos necesiten recibir nuestras vibraciones de quinta dimensión física, en cualquiera de las partes de nuestra/su globalidad natural.
Unicitar en nuestra globalidad individual y colectiva la armonía de todas las partes que forman nuestra globalidad, es una Fuente divina de Vida para todos los niveles existentes a lo largo de nuestra natural evolución. Todo ello dentro de la Luz a nivel físico, a nivel mental, a nivel emocional y a nivel espiritual, desde la especie humana unicitada a todas las demás especies que integramos la Vida Creada en el multiuniverso.
El reto asumido por todos y cada uno de nosotros, es de una repercusión y trascendencia enorme e imprevisible hoy en día, en la evolución natural de los seres vivos, no sólo los seres humanos, si no de todos los seres en general.
Nuestro espíritu, nuestro ser una vez Crístico, se ocupará desde este mundo de transmitir nuestras energías y vibraciones a todos aquellos otros seres de los mundos físicos existentes en el multiuniverso. Sin duda podremos llegar a ser una aportación muy notable a la sabiduría divina, y ello se hará realidad siempre y cuando partamos de dicha sabiduría a la hora de hacer realidad este mundo, y no lo pretendamos hacer realidad desde los burdos conocimientos que nos ofreció la ciencia que alimentamos en nuestro largo peregrinaje evolutivo de hasta hoy. Repetiré una y miles de veces este aspecto, ya que es absolutamente vital para llegar a hacer realidad nuestro plan u objetivo. Este aspecto forma parte del lindel que separa la Oscuridad de la Luz, las dos fuerzas que cohabitan hasta la quinta dimensión.
La quinta dimensión para la Oscuridad es en sí su propio cenit. La Oscuridad no puede elevarse más como tal, la evolución individual de sus integrantes sólo puede producirse, si estos dejan voluntaria y libremente de formar parte de la Oscuridad, transformando su propio egoísmo en amor Crístico o universal. Este paso que absolutamente todos los seres de Luz hemos vivido en algún momento de nuestra existencia, lo tendrán que vivir también todos aquellos seres que hoy permanecen, por decisión propia, formando parte de la Oscuridad. exactamente igual como todos y cada uno lo vivimos cuando decidimos afrontarlo desde nuestra globalidad individual. Así seguirá produciéndose hasta que los niveles evolutivos más inferiores vayan quedándose vacíos, produciéndose ello de manera progresiva hasta que en este multiuniverso sólo exista la Luz, la Luz Crística que formaremos absolutamente todos los seres vivos. Ello habrá sido en verdad la transformación de la Oscuridad en Luz, y nos significará la llave que nos abra el paso a nuestra reintegración a la Totalidad, tanto individual como colectiva, si es que intentamos entender este hecho desde nuestra perspectiva actual de lo que estamos considerando como la Vida.
Los seres de quinta dimensión que formen parte de este mundo de Luz, ejercerán de guías físicos tanto a los seres vivos de este nuevo mundo, como también a los seres vivos en otros mundos existentes en el multiuniverso.
Sólo del nivel Crístico logramos abolir el egoísmo, sólo desde el nivel Crístico asumido podemos llegar a irradiar el Amor Crístico que alimenta todo cuanto es Vida Creada, la única vida que podemos lograr dentro del multiuniverso creado.
Capitulo 9. La armonía manifiesta entre las energías masculina y femenina
Éste es uno de los temas más enriquecedores y básicos a la vez que más extraordinarios de todos los que tarde o temprano viviremos dentro de dicha transformación, no sólo como especie, sino también como partes puntuales de este planeta de cuarta y quinta dimensión.
A lo largo de nuestro camino evolutivo de hasta hoy en nuestras etapas de Oscuridad, el desequilibrio que hemos alimentado desde siempre entre las energías masculinas y las energías femeninas, ha sido un extraordinario caldo de cultivo para generar todo tipo de karmas entre nosotros.
Creo muy importante que me pronuncie en este momento sobre este tema de manera especial en la manifestación natural de estas dos energías en nosotros, como hombres y mujeres, ya que sin poder percibirlas en nosotros mismos en nuestra recíproca convivencia, nadie puede llegar a tomar conciencia de lo vitales que son en sí mismas, especialmente en un mundo físico como el que nos encontramos.
Como egos de Oscuridad, nuestro carburante ha sido siempre nuestro particular y común egoísmo. Los instintos naturales por sí mismos, junto al sentido de posesión mutua y recíproca de unos con otros, nos arrastró a alimentar infinidad de karmas, creándose unos espirales de los que en la gran mayoría de los casos, no hemos podido salirnos hasta consolidarnos como seres superiores de Luz.
El nuevo mundo físico en la Tierra es de Luz y para la Luz, ello nos sitúa en un escenario inmensamente distinto del que hemos vivido aquí hasta hoy. Ante todo no existe ni existirá el karma, sólo el dharma nos va a llevar a formar parte de este mundo físico. Además, el único carburante que generaremos y con el que nos alimentaremos será el Amor Crístico o universal, no importa como lo califiquemos. Por si ello fuera poco, también viviremos en un estado de plena conciencia superior, donde nuestra plena alineación con la Vida Creada y sus Leyes Naturales, será permanente por parte de cada uno de los individuos que poblemos este planeta.
Los propios seres humanos lo seremos a nivel superior o crístico, en cada uno de nosotros deberemos hacer que se manifieste la armonía real de la energía masculina y de la femenina, y nuestra complementación física con cualquier otro ser, siempre será para despertar en cada uno aquellos aspectos puntuales de estas dos energías que resten todavía pendientes de ser asumidos e integrados vivamente en nosotros mismos.
Sin duda se producirán emparejamientos que pueden recordarnos a las parejas de hasta hoy, pero la realidad que nos moverá a ello no es precisamente la posesión de unos u otros, sino la más estrecha relación natural y global entre dos individuos que complementaremos recíprocamente con la única finalidad de que se manifieste en cada uno de nosotros la mencionada armonía entre las dos energías.
La reproducción como especie en este mundo físico también sufrirá una transformación extraordinariamente notoria. Engendraremos una nueva vida física de manera puntual, para que un ser de Luz en concreto pueda integrarse en este mundo físico por puro dharma. No podemos ignorar que ello será movido por nuestro respectivo caudal de Amor Crístico, siempre vivo en cada uno de nosotros.
Nuestro Amor Crístico o universal será una constante en nuestra cotidianidad hacia todos y todo, ello no podrá llegar a faltar nunca en cualquier posible relación personal. Incluso nuestras relaciones personales contendrán siempre dentro de nuestra particular globalidad siempre viva, las dos energías masculina y femenina, lo cual nunca será nada especial por sí mismo, sino absolutamente natural.
La vivencias de nuestra sexualidad, serán puntuales y nunca podrán ser o entenderse como una relación de sometimiento o entrega de un ser vivo hacia otro, sino de la unicidad íntegra y global de dos partes puntuales de la Vida encarnadas físicamente en este mundo, que se comparten plenamente el Amor y la Luz que cada uno son en sí mismos, con la manifestación plena de nuestro compartir dentro de la más que total armonía por parte de cada uno de ellos. Así se producirá en cada caso, la más absoluta trascendencia de aquella vivencia, al igual como también debe producirse con todas los demás tipos de vivencias dentro de la natural y habitual convivencia.
Ninguna relación de cualquier tipo, ni siquiera las que se generen entre nuestras energías masculina y femenina de las que hoy nos ocupamos, puede romper nuestra unicidad viva y constante con la totalidad de la Vida. Dichas manifestaciones del Amor Crístico en nosotros y entre nosotros desde nuestra más absoluta globalidad de aquí y ahora, nos facilitan a quienes las generamos la elevación a cotas superiores dentro de la Vida, de las que nos encontremos viviendo en aquel momento.
Nuestras relaciones a este nivel, serán puntuales dentro de nuestra vida y nunca significará para los seres implicados en ellas, ningún tipo de costumbre, ni de dependencia de ninguna clase, ya que siempre serán fruto del más auténtico amor eterno, nunca temporal y siempre recíproco por parte de ambos seres.
Es muy importante que nos demos cuenta que desaparecerán las relaciones de pareja que han existido hasta hoy. La pareja se generará para bien de ambos durante aquel periodo que ambos lo necesiten para su respectivo crecimiento y elevación. No hay lugar para que “la pareja” entre dos partes puntuales de la vida se instale en largos periodos de tiempo. Siempre que se produzca el emparejamiento entre dos seres de Luz, será a causa de las necesidades puntuales que nos conduzcan a ello y por necesidades puntuales propias de cada integrante. Una vez superadas dichas necesidades, nuestra libertad nos llevará a fluir libremente por la vida de la que formamos parte de manera absolutamente individual.
En los casos de engendrar a un nuevo ser encarnado aquí en este mundo, la pareja en cuestión asumirá el papel de guías protectores para el recién nacido desde su propio contenido natural de todo cuánto son cada uno de ellos, pero este papel no es un rol, sino la aplicación de lo que somos cada uno hacia una finalidad puntual de un ser en concreto. Dicha finalidad será a la vez absolutamente compartido dentro de los integrantes de aquella constelación de la que formemos parte en aquel momento de nuestra existencia en este mundo físico.
Las constelaciones no serán cerradas, sino todo lo contrario, serán absolutamente abiertas a los designios de la Vida para todos y cada uno de los seres vivos. Los seres formaremos parte de una constelación de manera temporal según nuestro contenido y proceso evolutivo particular. Entre los integrantes de una constelación los hay y seguirán existiendo distintos niveles integrados que alternaremos unos u otros según la necesidad evolutiva particular de cada uno de nosotros.
Aquí también juegan un papel muy importante las dos energías masculina y femenina que hoy atendemos. Dentro de las constelaciones deben mantenerse en equilibrio al igual como es necesario que ocurra permanentemente dentro de cada ser vivo. Sólo desde el Amor Crístico podremos alimentar y mantener viva dicha armonía y equilibrio, facilitando con ello nuestro común y a la vez constante crecimiento individual y colectivo.
Consideremos la realidad que nuestras respectivas conciencias se mantendrán uncitadas entre ellas, facilitándonos ello la Sabiduría Divina necesaria e imprescindible para conducir unicitadamente nuestras vidas. Nuestra vida particular no puede existir al margen de la totalidad de la Vida, ello nos llevaría a integrarnos de nuevo en la Oscuridad de la que formamos parte en nuestras etapas del pasado.
El nuevo planeta Tierra de cuarta y quinta dimensión sólo es habitable e integrado por la Luz y el Amor universal o Crístico. Dicha nueva regla natural de la Vida es inalterable para todos nosotros, para todos aquellos seres de Luz que nos integremos temporalmente a ser partes vivas y a la vez físicas de este mundo.
La convivencia en equilibrio en cada uno de nosotros de las dos energías femenina y masculina, nos llevará a que nuestros géneros femenino y masculino de hasta hoy, se purifiquen y se complementen dentro de cada ser, cada uno de nosotros, ambos al unísono en su grado sumo, desde su propia esencia natural de cada uno, vivo en nosotros como una particularidad más absolutamente natural.
Nuestra particular esencia natural es genuinamente de una u otra de estas dos energías, sólo dentro de la unicidad viva en todo instante, la unicidad entre nosotros, ambas energías podrán llegar a manifestarse equilibradamente en este mundo físico, de manera absolutamente plena y global.
Consideremos por un momento la transformación que también se produce a nivel de lo que hasta hoy ha sido la unidad familiar. La sociedad en general se moverá dentro de estructuras muy distintas de cómo se ha movido hasta hoy, el planeta no estará dividido en parcelas y propiedades, la responsabilidad de cada individuo será hacia la globalidad del planeta y nunca hacia nada en particular.
Ello facilitará que los seres vivan en un constante peregrinaje por distintos núcleos repartidos sobre la Tierra, siempre relacionados a su evolución tanto individual como colectiva. La proximidad mayor a la esencia, nos llevará a mantenernos fieles a nuestra autenticidad natural.
Joan-J. Giralt
Oi a todos... Felicidade! Encontro uma grande dificuldade em encontrar pessoas conscientes e vivendo esta consciência! Sinto-me um estrangeiro nesta constatação e conseqüente modo de vida... Help!!!
ResponderEliminarwww.youtube.com.br/multindizivel
www.myspace.com/joaoluizteixeira
Sou João aqui do Brasil!